El Porvenir de Cuitzeo

Ópticas Constructivas

COMPARTE

Dr. Rogelio Díaz Ortiz

“Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, es solo cuestión de orden” voz popular

Se aproxima el fin del año 2020 por lo que poco a poco “aparece” en nuestro entorno sensaciones de nostalgia por lo que ya se fue y de esperanza por lo que está por llegar.

A petición de varios de nuestros lectores, esta será la primera de varias ópticas constructivas “dedicadas” a evaluar lo que han sido los últimos doce meses.

A punto de concluir el mes de diciembre, inicia el proceso de evaluación de logros, triunfos y satisfacciones, pero también de errores, fracasos y pendientes.

Al calendario del presente año le quedan ya pocas hojas, pero cada una de ellas representa una espléndida oportunidad para aprender, crecer y trascender.

Pareciera que ha llegado el momento de medir resultados, de revisar el porque sí o porque no se cumplieron las metas enlistadas en los primeros minutos del año que “agoniza”. De manera positiva, este ejercicio se realiza para encontrar espacios de “oportunidad” para crecer y mejorar.

¿Funciono la rutina en el gimnasio?,¿Valió la pena cumplir la dieta?, ¿Al mejorar mi actitud mejoraron mis resultados en la escuela o el trabajo?,

¿Cuántos de mis familiares, amigos o conocidos partieron con rumbo al firmamento?, ¿Soy mejor ser humano?, etc.

Sin duda que una de las acciones que se debieron emprender y sino deberá ser una de las metas primarias para el 2021, es ser ordenado, tanto en la vida personal como en la escuela o el trabajo, en nuestro entorno íntimo y social.

Estoy convencido que el orden es un maravilloso hábito ya que nos permite mejorar nuestra productividad, eficacia y eficiencia, desde lo más cotidiano hasta la más compleja de las tareas, nos permite optimizar tiempo, esfuerzo, recursos y movimientos.

El orden al igual que otros hábitos requieren de aplicación y “mantenimiento” ya que para unos será más fácil incorporarlo a su vida que a otros.

Como ejemplo de lo anterior, quienes se “ostentan” como visuales suelen ser innatamente ordenados, toda su existencia se encuentra normada por colores, texturas y tamaños teniendo la habilidad de mantener sus libreros, escritorio y habitación en armonía y equilibrio que sorprenden.

El orden no funciona como decreto sino como una forma de vida que se caracteriza por saber utilizar en tiempo y forma objetos, emociones e incluso acciones.

Para ello es necesario aprender a deshacerse de todo aquello que no utilizamos pero que “atesoramos” por si algún día lo necesitamos, sin importar si es caro o barato, se encuentra en perfectas condiciones o incluso se encuentra descompuesto.

Sin duda que enfrentarnos con la decisión de ordenar nuestro closet o escritorio suele ser un ejercicio catártico que inicia al cuestionarnos sobre la utilidad de cada uno de los elementos que ahí se encuentran.

Es común escuchar el reclamo de quienes se sienten agredidos cuando, sin preguntarles, alguien limpio y se tomó la libertad de modificar su “desorden organizado”.

Poner orden significa jerarquizar y con ello darle un valor especial a intenciones e incluso sentimientos y emociones, documentos, ropa, zapatos, artículos deportivos, muebles, correspondencia e insumos de todo tipo, añejos o nuevos bajo la premisa muy personal de preferencia.

Las agendas impresas y digitales, los “recordatorios” de todo tipo ayudan a poner orden al tiempo, en tanto que hacer programas de “rutina” para limpieza y poner cada cosa en su lugar será un excelente aliado para que este importante proyecto de vida deje de ser aspiración y enunciado para convertirse en realidad.

Bien valdría la pena aprovechar los días que restan al 2020 para hacer la prueba respecto a la utilidad de incorporar el orden como parte de nuestra cotidianidad.

La pandemia padecida durante el 2020 nos ha enseñado a viajar por la vida “ligero”, a magnificar tiempo, espacio, afectos y salud. Nos ha mostrado la fragilidad de la vida y la conveniencia de vivir con la menor cantidad de apegos posible.

El 2020 cambio rutinas y paradigmas, nos “obligo” a aprender a utilizar la tecnología para mantenernos cerca de nuestros afectos, para estudiar, cobrar nuestro salario, pagar nuestros gastos, comprar alimentos y ropa, e incluso trabajar desde el hogar.

El orden de las cosas cambio al igual que las jerarquías, necesidades y prioridades dándole un sentido especial a la prevención de la salud, alimentación balanceada y nutritiva, ejercicio, lectura y hábitos.

A pesar de todas las dificultades seguimos vivos y con ello están a la vista todas las oportunidades para ser y estar, para agradecer al Creador esta bendición y para luchar con entusiasmo, fe, creatividad y esperanza para superar todos los obstáculos presentes y futuros.

Estimado lector le invito a vivir con plenitud cada segundo del día, a disfrutar de todo cuanto le rodea, a encontrar enseñanza en toda experiencia y a paladear con alegría el regalo de estar vivo.

Hagámoslo sin quejarnos, sin hablar mal de nada ni de nadie, con sonrisas que terminen en sonoras carcajadas y encontrando aún en lo más oscuro un rayo de esperanza.

Estoy seguro que si lo hacemos con orden será más significativo… que así sea.

COMPARTE

Noticias relacionadas