“LA SALVACIÓN DE ESTE MUNDO HUMANO NO SE ENCUENTRA EN NINGUNA OTRA PARTE MÁS QUE EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE, EN EL PODER HUMANO PARA REFLEXIONAR, CON HUMILDAD Y RESPONSABILIDAD HUMANAS”
Václav Havel
Ni siquiera Steven Spielberg, “El Rey Midas de Hollywood”, en su noche más inspirada hubiese imaginado la trama que estamos viviendo hoy en día, la situación actual que vivimos supera cualquier guion de toda película de drama, suspenso, ficción y terror juntos que hayamos visto por una simple y sencilla razón, esta vez es realidad y parece no tener fin.
Es ya una constante escuchar noticias sobre nuevos records en contagios y muertes, prácticamente día tras día en nuestro Estado, así sucedió la semana pasada en que durante días consecutivos se informó sobre el promedio de 32 fallecidos cada día, cuando hace un mes era de un promedio de 21 y hace dos meses, era de 12 en un día, la mayor parte de fallecidos es en Morelia, por razones obvias, en el entendido de que muchas personas traen a sus familiares ya contagiados a atenderse a la capital con la esperanza de que lograr una mejor atención y poder salvarse, lamentablemente llegan ya en estado muy grave, muy avanzada la enfermedad y en su mayoría, ya sin remedio, dejando solo altos compromisos de pago que en un hospital privado ascienden alrededor de cien mil pesos diarios.
El record de contagios esta última semana de agosto de 2020 fue de 189, hace un mes fue de 111, hace dos meses era de 82 en promedio y hace 3 meses, de 55; de igual forma, la mayoría en la capital del Estado, obviamente por su índice demográfico y alta movilidad; ello nos habla de tres cosas, 1.- La crisis no disminuye, al contrario, aumenta, aunque las autoridades intenten ocultarlo; 2.- Desnuda la incapacidad de las autoridades para combatir dicha crisis, y sobretodo; 3.- Revela la gran irresponsabilidad de muchas personas para acatar las medidas dictadas por las autoridades de salud; esta última es la que en realidad nos está haciendo más daño y hace más difícil enfrentar esta interminable batalla, su necedad es como la pandemia, parece no tener fin.
Sirvan estas sencillas letras como un exhorto a todo ciudadano a reflexionar sobre sus acciones, a ver con su corazón y conciencia, con humildad, pero sobretodo, con responsabilidad y sensibilidad hacia los suyos, que tome en cuenta que no vive en una isla o en una montaña, para bien o para mal todos estamos interconectados y cualquier cosa que hacemos, afecta por lo menos a alguien más, empezando por los más cercanos, nuestros familiares.
Para estas fechas ya prácticamente todos hemos perdido un familiar, un amigo o un conocido a causa del Covid-19, en consecuencia aquella incredulidad de un principio ya no existe, es por eso que se torna aún más increíble que no tengamos conciencia de lo que sucede, como si a nosotros no nos fuera a ocurrir nada y como si fuéramos inmunes, seguimos nuestra rutina diaria como si no pasara nada o como si fuésemos inmortales.
Como la inmunidad de la que han gozado muchos malos políticos locales y nacionales, la inmortalidad política que parecen tener y a la que se aferran cual naufrago en altamar a su única tablita de salvación; aun a costa de dejar perder generaciones de buenos valores, jóvenes promesa de buenos políticos que se quedaron en el camino por la voraz ambición de poder de los mismos de siempre, de cualquier color y bandera. Lo sorprendente es que la ciudadanía parece no tener memoria.
Reza un dicho muy mexicano que “No hay mal que dure cien años”, pero este mal parece no sujetarse a ese adagio, porque en este nuevo proceso electoral, iniciado formalmente este 7 de septiembre de 2020, podemos ver nuevamente a los mismos actores políticos de siempre, los señalados en el párrafo anterior, mismas caras mismas costumbres, “Chango viejo no aprende maroma nueva” dice otro dicho de la sabiduría popular.
Quiero confiar que en esta ocasión no sucederá igual, que la mayoría de los ciudadanos, después de tantas vejaciones ya habrán despertado, esperemos haya iluminación, en ello estaremos trabajando su servidor y diversas asociaciones civiles que compartimos ideales y queremos un mejor país, empezando por nuestra Colonia, Tenencia, Distrito, Municipio y Estado; ojalá encontremos eco y muchas manos dispuestas a colaborar para lograrlo, es necesario que lo hagamos los ciudadanos porque los políticos ya han demostrado por décadas que son otros sus intereses o que son incapaces.
Pero como siempre, la mejor opinión y decisión la tienen ustedes amigos ciudadanos, con base en ella y su libre albedrío, podrán discernir si le permiten a algunos políticos continuar haciendo con nuestra ciudad, estado y país lo que se les antoje, o determinar en su caso, de forma libre y secreta si deciden sentar las bases para cambiar el rumbo y lograr ese país que merecemos todos; ello a través de las urnas el año próximo; deseando que haya una próxima, les dejo un cordial saludo quedando a su disposición, en caso de ser necesario y también para cualquier comentario, a través de mis redes sociales, por el momento:
Es cuánto.
M.A. SAÚL MORA PADILLA
TITULAR DEL DESPACHO JURÍDICO CONTABLE SMP Y ASOCIADOS CONSULTORES S.C.
Contadores Públicos y Abogados
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