Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Con tristeza en nuestro país se ha venido haciendo una costumbre el magnificar lo negativo y destructivo del ser humano minimizando y muchas veces olvidando lo constructivo y luminoso del mismo.
Por ello se puede entender que como sutil consecuencia los modelos e inspiración de los niños y jóvenes en México suelen ser líderes violentos, mal educados, prepotentes, egoístas, ambiciosos, soberbios y en no pocas ocasiones criminales.
Se ha hecho una insana costumbre magnificar el poder del dinero, las armas y el libertinaje sin importar sus consecuencias e incluso justificando su origen, lo cual resulta altamente dañino para la sociedad en lo general y profundamente alarmante para las blancas mentes infantiles sin que aparentemente nadie se preocupe ni mucho menos haga algo para evitarlo.
Ante esta cruda realidad algunos países como Brasil o España han optado por respetar la libertad de expresión y compartir todo tipo de información a excepción de violencia y criminalidad, a esto han denominado “NO a la nota roja”.
En contraste se busca en todo corte informativo resaltar más figuras deportivas, académicas, científicas y empresariales, es decir ejemplos vivos de éxito que motiven a imitarles, a inspirar el deseo de triunfar, crecer y trascender.
Por supuesto, la verdad de ninguna forma debe censurarse, es más es prácticamente imposible hacerlo ante el auge que hoy en día tiene la transmisión, casi instantánea, de todo cuanto acontece a través de las redes sociales.
Vale la pena acotar que también en ellas “circula” información falsa, se promociona violencia, comparte pornografía, se construye o destruye prestigio personal o institucional. De ahí que sea importante su regulación y uso responsable, con objetividad y equilibrio.
Por supuesto que la noticia alarmante o negativa suele interesar o vender más, pero es urgente que se establezca como premisa ejercicios cotidianos y contundentes de motivación y reconocimiento al esfuerzo que realizan a diario miles de personas e instituciones en favor de la sociedad.
Por todo ello es oportuno y estratégico la entrega de becas, preseas, premios, medallas, galardones y los diversos mecanismos o variedades de espacios para resaltar el trabajo, esfuerzo y constancia de líderes, personajes, personalidades, entidades e instituciones.
Se requiere promocionar modelos de éxito sustentados en sólidos valores humanos, seres que inspiren a imitarles o seguirles hasta la consecución de metas evolutivas, positivas y trascendentes para la humanidad.
Estoy convencido de que somos muchos más los que queremos que las cosas sean diferentes, los que queremos cambios y nos tomamos el tiempo de pensarlo, decirlo y construirlo, sin necesidad de tomar oficinas, cerrar calles, pintarrajear sobre monumentos históricos y dañar propiedad pública y privada.
Es crucial para el presente y futuro de la sociedad contemporánea el construir escenarios positivos, críticos pero propositivos bajo el paradigma de ganar – ganar y el principio de unidad en la diversidad mostrando siempre ejemplos de carne y hueso que entusiasmen, reten y motiven el deseo de muchas y muchos por salir adelante.
Personalmente resalto ante esta circunstancia el esfuerzo y trabajo que, desde hace más de 42 años, realiza la Fundación Génesis SUCAYM organizando, gestionando, financiando, promoviendo y entregando los prestigiados Premios Génesis, estatuillas que se otorgan a destacadas personalidades en ámbitos como la medicina, la práctica del Derecho, medios de comunicación, el sector empresarial, educativo, artístico, deportivo, juvenil y profesional.
Se trata de reconocimientos auténticamente ciudadanos, ajenos a todo interés partidista, político, económico y religioso, es decir de la ciudadanía para la ciudadanía de ahí su mérito, valor y doble importancia.
La pandemia ha causado que se realice un receso en la entrega anual de los Premios Génesis, pero se espera que muy pronto se reanude el encuentro de talento, creatividad, liderazgo y éxito que se amalgaman en su protocolaria ceremonia de entrega.
Concluyo con una frase que pregono un destacado integrante de la Fundación Génesis A.C., el Licenciado Enrique Ramírez Miguel, “La vida es como andar en bicicleta, siempre hacia delante y guardando el equilibrio”.
Sin duda que todos los días intentamos pedalear hacia adelante encontrándonos con baches, topes y todo tipo de obstáculos, inclusive habrá quien tratará de sacarnos de la ruta, pero con esfuerzo perseverancia y pedaleando juntos será posible rebasar la meta.
Hoy con certeza en el presente y esperanza en el futuro les invito a convivir con lo bueno hasta que se convierta en un hábito que eclipse lo malo recordando que la sociedad mexicana la conforman más buenos que malos.