Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Las gélidas temperaturas de los últimos días, son el anuncio inequívoco de que el invierno esta a punto de “instalarse”, que el fin del año se aproxima y a que se acercan, cada vez más, las posadas y la Navidad.
Sin duda el mes de diciembre es de extremos contrastes emocionales ya que por una parte nos invita a la reflexión sobre lo bueno y malo vivido durante los pasados once meses, nos motiva a la fraternidad, el perdón y la convivencia, nos da excusa para acercarnos con los que están lejos, nos impulsa a demostrar cariño, amor o amistad a través de regalos sencillos o caros, de una llamada telefónica o de algún mensaje utilizando las redes sociales.
Durante esta temporada del año, se amalgaman sentimientos y emociones, espiritualidad y religión, mercadotecnia y gratitud, es un espacio del tiempo con muchos significados, todos vinculados a deseos de paz, armonía, unidad, amor y felicidad
Suele ser el décimo segundo mes del año cuando las finanzas de muchos se ven aliviadas al recibir un estímulo económico bajo la denominación de aguinaldo o bono navideño.
Es escenario de la magia de la mercadotecnia que nos invita a comprar y gastar, aunque después se tenga que pasar los siguientes once meses en pagar lo adquirido.
Centros Históricos, plazas comerciales y los propios hogares se llenan de luces multicolores, se adornan las fachadas con la tradicional corona de adviento y se coloca el emblemático árbol de navidad.
Los closets se vacían de bufandas, chamarras “gruesas”, suéteres, guantes, gorras y abrigos intentando con ello enfrentar la fría temperatura, mayoritariamente por la mañana y noche, ya que el resto del día el sol de diciembre es calcinante.
Son las fiestas decembrinas extraordinario pretexto para disfrutar de lo sencillo, del valor de una sonrisa, un abrazo, una mirada, una humeante taza de café, atole o ponche, de nuestras tradicionales posadas, su gastronomía, música y en especial de la compañía de todos a quienes amamos.
Existen sobradas preocupaciones por el entorno local, nacional e internacional, voces catastrofistas que profetizan crisis económica, apremios en la seguridad e inestabilidad en la paz mundial.
Sin embargo, diciembre suele generar una tregua a las malas noticias, magnifica coincidencias, alienta la fe y la esperanza.
Soy de los que consideran que esta es una de las mejores épocas del año, ya que suele ser maravilloso marco para diluir supuestos y malos entendidos, para perdonar cualquier afrenta y restablecer comunicación con quienes en algún momento formaron parte de nuestros afectos y que hoy se encuentran lejanos, para manifestar a nuestros amigos y familiares cuanto les valoramos y necesitamos.
En Morelia, autoridades estatales y municipales han preparado un rico y versátil programa de acciones y actividades que permitirán a los residentes y turistas disfrutar de pistas de hielo, villas navideñas, exposiciones, conciertos, recitales, obras de teatro, escenografía y la iluminación escénica de su bello centro histórico.
En escuelas, oficinas de gobierno e incluso empresas se tiene preparado un receso a sus actividades al dar paso a un período vacacional que facilitará convivencia, viajes, descanso y cerrar el 2024 con el menor remordimiento posible, si es que nos falto cumplir con alguno de los propósitos y metas enumerados hace un año.
Pero antes de todo ello recorramos, en estas fechas, la calzada Fray Juan de San Miguel y disfrutemos de las tradicionales cañas, mandarinas y cacahuates, gocemos de un partido de futbolito y por supuesto, no olvidemos visitar a la virgen guadalupana en su santuario.
Con alegría e ilusión dispongámonos a probar de la inolvidable experiencia de “romper” una piñata y prender una luz de bengala, de la calidez que proporciona una “fogata” al lado de nuestros afectos, encontremos mil razones para ser felices, hagamos de la unidad en la diversidad una herramienta para construir la paz que tanto anhelamos.
En fin, disfrutemos del último mes del 2024, démonos permiso para que, sin restricción alguna, la felicidad se posesione de nuestros hogares y se integre a de manera permanente en nuestras vidas…