Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Lewis Wolpert, un reconocido biólogo inglés, relata en su último libro los más recientes y sorprendentes hallazgos científicos del proceso de envejecimiento.
Para él hay cinco etapas en la vida de un ser humano: infancia, adultez activa, madurez y, finalmente, la que él llama “te ves muy bien” en alusión a esa frase que las personas como él, de más de 60 años, intercambian entre sí cuando se encuentran después de mucho tiempo.
Motivado por su experiencia y conocimiento sobre biología celular, Wolpert recopiló en un libro todas las evidencias que lo asombraron en su propia búsqueda de lo que significa envejecer y las compiló en el libro You ‘re looking very well, que ha sido un éxito en Gran Bretaña.
Una de las primeras sorpresas para él es que no hay ninguna evidencia de que la vejez mate, porque no es una enfermedad.
Lo que sí viene con los años es una incapacidad del organismo para luchar contra cualquier enfermedad, especialmente aquellas que aparecen por la senectud.
Envejecemos por el uso y el desgaste, en una manera no muy distinta a la de cualquier otra máquina.
Nunca antes la humanidad había logrado vivir tanto.
En Inglaterra, hay más gente mayor de 65 años que niños menores de 16 años y esta situación es cada vez más común en la mayoría de países europeos. De ahí que propicien y acepten la migración, especialmente de africanos, para con ello contar con “manos jóvenes” dispuestas a realizar el trabajo y actividades que ya no quieren o pueden hacer por motivo de la edad de su sociedad.
El costo es la tras culturalización expresada en pérdida lenta pero inexorable de tradiciones, identidad y pertenencia. No en vano, cada vez existen en Europa más mezquitas que iglesias católicas.
Vale la pena mencionar que en México todos los días 2,000 personas cumplen sesenta años o más y que para el 2030 serán 12,000 a 15,000.
Pasar de una esperanza de vida de 25 años a cerca de 80 en dos siglos ha sido posible más a los avances en medicina y salubridad que a revolucionarios descubrimientos en el proceso intrínseco de envejecer.
Hoy todavía no se vislumbra en el horizonte un método para alargar la juventud. Se ha prolongado la esperanza de vida, pero no la de una etapa en especial de la vida.
Se sabe de personas con una versión de ciertos genes, como uno llamado Peter Pan, viven más que aquellos que no la tienen.
El sueño es prolongar los años de vida sin molestias ni “achaques”, lo cual no es nada sencillo. Es decir, se busca que no solo haya cantidad sino calidad de vida.
Estoy seguro que tenemos que iniciar por ser optimistas, ocuparnos y preocuparnos por darle “mantenimiento” físico a nuestro cuerpo mediante una dieta adecuada y la practica de ejercicio.
Evitar el sobre peso reduce el riesgo de padecer enfermedades que dañan nuestras arterias y el corazón, la dieta ideal para reducir el riesgo de demencia incluye frutas, vegetales, cereal y mucho pescado.
El alcohol contribuye a llegar a la tercera edad en buen estado, pero solo si es en dosis bajas.
Profesar una fe ayuda a encontrarle sentido a la vida y a manejar el estrés de esta etapa, lo cual es positivo para la salud.
Nunca dejar de aprender mejora el bienestar mental y físico, por lo cual algunos gerontólogos sugieren abrirles espacios a los viejos en las universidades, tal y como se establece en la Universidad de la Tercera Edad.
Es cierto que las capacidades mentales disminuyen porque los viejos olvidan más y son más lentos. Pero el conocimiento adquirido permanece intacto por lo cual una de las grandes ventajas de envejecer es la sabiduría y experiencia acumulada.
Además de que después de los cuarenta años de edad todos los días mueren entre 8,000 y 12, 000 neuronas, a menos que se realicen acciones preventivas y regenerativas como la modificación en la ingesta de ciertos alimentos, rutinas de oxigenación cerebral y ejercicio físico.
No hacerlo, es abrirle el camino a la “llegada” de la demencia senil o el temido Alzheimer
Otra sorpresa es que la felicidad, que para muchos parecía ser esquiva en la vejez, tiene su pico máximo a los 74 años.
Los miembros de la tercera edad tienen menos eventos estresantes en el trabajo y menos conflictos con sus parejas y, lo mejor de todo, no sienten necesidad de agradarles a los demás, todo lo cual quita un gran peso de encima.
La percepción de la vejez determina en alto grado la expectativa de vida de un individuo y la manera como los miembros de una sociedad cuidan a sus adultos mayores.
Quienes temprano en la vida ven la vejez como una pesadilla tienen, cuando viejos, más riesgo de infarto y otros problemas cardiacos.
Por el contrario, quienes la ven con buenos ojos viven en promedio siete años más.
De hecho, los médicos utilizan la percepción de la edad y cómo luce la persona como un indicador de su salud. Cuando se ven jóvenes y saludables para la edad es una señal clara de que van a vivir más allá de los 70 años.
El 2030 se encuentra cada vez más cerca y no estamos preparados como sociedad, familia o gobierno para “enfrentar” el reto de la inversión de la pirámide poblacional.
Se debe actuar de manera inmediata y urgente en la implementación de políticas publicas que permitan trazos urbanos, clubes deportivos, cines, teatros, museos y centros comerciales con tendencias “amistosas” para el deambular de los adultos mayores.
Misma circunstancia deberá hacer el sector salud para intensificar sus campañas de prevención, y en su caso atención, de enfermedades crónico – degenerativas, sin olvidar la implementación de programas de nutrición y activación física acordes a las necesidades de este creciente sector de la sociedad mexicana.
No puede olvidarse las acciones que tendrán que realizarse en el hogar como evitar desniveles, colocación de pasamanos en las escaleras, elementos de apoyo en los baños, iluminación y hasta mobiliario.
Aunque quizá lo más importante es y será tener plena conciencia de que tenemos en cada uno de ellos un extraordinario activo de conocimientos y experiencia que deben ser valorados y aprovechados, en “cualquier momento” seremos nosotros quienes formaremos parte de este núcleo de la población.
Si olvidamos todo lo descrito, en lo personal tendremos una vejes complicada y en lo colectivo habrá serios problemas económicos para el pago de pensiones y jubilaciones, de saturación del sector salud, de comunicación y convivencia en nuestros hogares.
Así que mientras son “peras o manzanas”, les invito a vivir hoy con plenitud, a disfrutar cada instante sin que nada nos distraiga para ser felices… “vida solo hay una”.