La parte tecnológica no es el factor más relevante para resolver la escasez de agua que se vive en Zona Metropolitana del Valle de México, por lo que se deben adoptar las estrategias adaptativas para captar agua que practican las comunidades de la región del Cutzamala, propuso el antropólogo social Andrés Latapí Escalante.
Así lo planteó durante su participación en la segunda sesión del Seminario Permanente “Historia, cultura y patrimonio de la región lacustre del Alto Lerma”, organizado por la Dirección de Etnología y Antropología Social del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dependencia de la Secretaría de Cultura federal.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, el Cutzamala es un sistema hídrico con 39 años de funcionamiento, infraestructura para el almacenamiento, conducción, potabilización y distribución de agua potable para la población e industria de la Ciudad de México y de zonas del Estado de México como el valle de Toluca y la Cuenca de México.
En su ponencia Paradojas y contradicciones en el manejo del agua del sistema Cutzamala, dictada de manera virtual y presencial desde la Sala Bonfil Batalla de la Coordinación Nacional de Antropología, el investigador dijo que se tienen que analizar las condiciones del territorio y ver cómo se capta el agua. “Y, si no hay una estrategia, entonces plantear cómo hacerlo y cómo humedecer los bosques para mantenerlos vivos”, agregó.
El también profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia aclaró que no se puede hablar de una crisis hídrica como tal, a pesar de ser un tema de moda por la escasez que se vive, ya que las sequías son tema recurrente en nuestras sociedades.
Explicó que el Sistema Cutzamala abarca siete subcuencas hidrológicas, siete presas derivadoras y de almacenamiento, seis estaciones de bombeo y una planta potabilizadora, a lo largo de 14 municipios del Estado de México y Michoacán, una región que ha sido modificada a través del tiempo, en diferentes niveles de integración sociocultural y/o modos de producción.
Latapí Escalante señaló que las comunidades indígenas y campesinas que habitan la región del Cutzamala, en municipios del Estado de México, como Amanalco, San José del Rincón, Valle de Bravo, Villa Victoria, Villa de Allende, o Zitácuaro, en Michoacán, mantienen estrategias adaptativas vigentes dada su capacidad de resiliencia y porque conservan un ordenamiento simbólico del territorio, con una gran funcionalidad para la autosubsistencia de sus comunidades.
“El sistema agroecológico, basado en su calendario agrícola-ritual, permite un manejo y reproducción de la biodiversidad, a través de sistema rotativos, respetando zonas de monte, lo que favorece la infiltración y el cuidado de manantiales, así como el manejo de aguas de lluvia, por lo que se da el uso sustentable de los recursos bióticos”, finalizó el investigador.