Gracias a su posición geográfica, colindante con las montañas del Cáucaso y los mares Mediterráneo, Egeo y Negro, la península de Anatolia (hoy Turquía) fue un punto clave para la red comercial entre Europa, Asia y África; un viaje por sus principales etapas históricas, raíces pluriculturales y riqueza arqueológica es mostrado en Türkiye. Crisol de culturas, la nueva sala del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM).
El montaje, logrado mediante la colaboración entre la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del MNCM, con la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA) y la Embajada de la República de Turquía en México, explora las influencias y procesos de transformación de este territorio, desde el periodo Neolítico (10000-5500 a.C.) hasta el Imperio otomano (1299-1922 d.C.).
De acuerdo con la directora del MNCM, Alejandra Gómez Colorado, la muestra, instalada en un antiguo espacio del recinto, de la cual se conservó su cenefa original, representa la novena sala de exposición permanente del museo y fue curada por investigadores turcos: el arqueólogo José Luis Blesa y el historiador del arte Reynier Valdés, y ella; mientras que la museografía estuvo a cargo de Alfredo Corte Álvarez y el jefe de Museografía del MNCM, Ramiro Torres Ávila.
“Las piezas llegaron hace un año y fueron sometidas a un trabajo de restauración y conservación; el corpus de la colección consta de 61 piezas, las cuales son reproducciones del patrimonio histórico, arqueológico y etnográfico de museos de Turquía, elaboradas exprofeso para México, por maestros artesanos de aquel país”, indicó.
Se divide en 13 secciones, y en 10 de ellas se explican los procesos históricos de Anatolia, mientras que en las otras tres, de tipo didáctico, el público puede ubicar en un mapamundi la posición y distancia entre México y Turquía, resolver un memorama asociado a monumentos históricos turcos y escuchar poemas del sabio Rumi, además de ver instrumentos empleados en la música tradicional de los místicos musulmanes, conocidos como “sufíes”, donde destacan el kabak kemane, bendir, ney y oud.
Respecto a los procesos históricos, en el Neolítico se rastrean algunos de los pueblos que fundaron las primeras ciudades de Anatolia, como Göbekli Tepe, Çatalhöyük y A??kl? Höyük. Destaca en esta sección un cráneo con evidencia de trepanación, cuyo original está en el Museo de Aksaray; una estela de Göbekli Tepe, sellos, obsidiana y figuras femeninas dobles de mármol de Çatalhöyük.
Después, se aborda la Edad del Cobre (5500-3000 a.C.), cuando Anatolia se introdujo en las redes comerciales de Oriente Próximo, lo cual derivó en el surgimiento de sociedades jerarquizadas, según las evidencias halladas en urbes como Arslantepe. En este apartado resalta una espada de cobre de dicho sitio, la cual se preserva en el Museo Arqueológico de Malatya.
El recorrido prosigue con la Edad del Bronce (3000-2000 a.C.) y el Imperio hitita (1650-1200 a.C.), cuando se da el regreso a la forma de vida agropecuaria y sustentable en la etapa temprana, así como el aumento de las relaciones culturales y económicas con Asiria. De ambos periodos destacan bronces hallados en Kültepe y Alacahöyük, recipientes cerámicos con diseños zoomorfos, llamados “ritones”, una tablilla con sobre en idioma acadio, dos toros de terracota hititas, un ánfora de Ínandik y el Tratado de Paz de Kadesh.
Las incursiones de pueblos balcánicos y reinos del Cáucaso definieron la península de Anatolia en la Edad del Hierro (1000-480 a.C.), periodo que se explica a través de objetos, como jarras, broches y monedas hallados en los sitios de Gordion, Altintepe y Toptepe. Gracias a ello, el público puede conocer más acerca de los reinos de Frigia y Lidia, donde se inventó la moneda, el control de la región oriental por el reino de Urartu (el cual recibió influencias asirias) y las primeras colonias griegas en la costa del Egeo.
Enseguida, se toca la etapa grecorromana: el periodo helenístico (323-31 a.C.), con la fusión de elementos griegos y autóctonos, ejemplificado con mosaicos de piedra y vidrio, un ánfora con escena de caza, esculturas de terracota de Afrodita de Dárdanos y Eros volador. Continúa con el Imperio romano (27 a.C.-395 d.C.), donde surgen ciudades como Zeugma y Hatay; resalta la réplica de la cabeza de mármol de Alejandro Magno, cuyo original está en el Museo de Estambul.
Continúa el Imperio bizantino en Anatolia (330-1453 d.C.), con la profunda religiosidad cristiana e influencias sansánidas; se muestran piezas decorativas, como el Relieve de Simurg. El recorrido sigue con la turquificación e islamización de esa península y el surgimiento del sultanato selyúcida (1075-1308 d.C.); se presenta un maniquí vestido como soldado selyúcida, relieves de piedra caliza, basalto y mármol y una alfombra tradicional del siglo XIII.
Por último, se alude al Imperio otomano en Türkiye (1299-1922 d.C.), el Estado más duradero del mundo turco-islámico, el cual se extendió por Asia, Europa y África del Norte. Se aprecia un fragmento de kiswa (tela que cubre La Kaaba), un cofre de caligrafía, un rehal (soporte de madera para lectura del Corán), una daga de Topkapi, cerámica de Iznik y un maniquí ataviado como soldado jenízaro otomano.