Dr. Rogelio Diaz Ortiz
Con el transcurrir de los días se han intensificado las acciones de mercadotecnia para lograr el interés de los amantes del deporte en torno al mundial de futbol que se verificará en el lejano Qatar.
En un ritual que se repite cada cuatro años neófitos y aficionados centran su atención en la selección que les representa, con la esperanza de que logren alcanzar la parte más alta de la clasificación mundial y porque no ganar la copa del mundo.
Este sentimiento se percibe en las sociedades de los cuatro puntos cardinales del planeta, algunos con expectativas más altas y otros simplemente con la satisfacción de participar en la justa mundialista.
Serán millones de personas quienes seguirán las incidencias de los partidos a través de las diferentes plataformas digitales y de la televisión, sin importar su horario e incluso los contendientes.
Tal y como sucede en cada copa del mundo, serán miles de mexicanos quienes se trasladarán a Qatar para “acompañar” a la selección a su aventura mundialista. A ellos no les importa las deudas adquiridas para estar ahí, la distancia, idioma, costumbres y normatividad, que dicen será muy severa para propios y extraños.
Por unos días lo que acontezca en la economía, la guerra en Ucrania, la autorización o no de la reforma electoral, el precio de la gasolina, las tortillas o la luz eléctrica, los índices en seguridad o el brote de influenza pasarán a segundo término ya que el tema en todas partes será la alineación que presentará el equipo de sus amores, el nombre de los “nuevos héroes o villanos nacionales”, así como la “experta” crítica de los “Técnicos de café o buró”.
Es el mundial de futbol un extraordinario distractor pero un mejor negocio para quienes han aprendido a utilizarlo para promover a gran escala sus productos, a comercializar todo lo imaginable y con ello activar la alicaída economía de sus negocios.
Esta actividad solo es comparable al interés que genera los Juegos Olímpicos, la Fórmula 1 y el Super Bowl por lo que bares y restaurantes se encontrarán saturados de comensales portando la playera de su selección favorita.
Vale la pena tener presente que en 2026 nuestro país, en compañía de Canadá y los Estados Unidos, organizarán de manera conjunta el mundial de futbol.
De manera general el ambiente en torno a la selección mexicana es “frío” ya que los resultados obtenidos durante el 2022 no fueron satisfactorios y sembraron profundas dudas respecto a la capacidad del “Tata” Martino para encontrar mecanismos de funcionalidad y contundencia del 11 tricolor.
La escuadra nacional fue ubicada en un mismo grupo con las selecciones de Polonia, Argentina y Arabia Saudita, de los cuales dos pasarán a la siguiente ronda de la competencia.
No son pocos quienes afirman que las posibilidades del “TRI” son mínimas ya presumen será derrotado por Argentina y muy probablemente por Polonia, quedando como expectativa un mejor resultado con los árabes, lo cual le dejaría fuera de la justa.
Vale la pena recordar que desde el mundial de 1992 la selección mexicana ha pasado la primera ronda del campeonato por lo que otros señalan que con “algunos” problemas pero que México pasará esta etapa del campeonato para muy probablemente enfrentarse, en la siguiente etapa del campeonato, a Francia o Dinamarca.
Como suele pasar, quienes analizan la lista de seleccionados cuestionan la ausencia de algunos jugadores y culpan de miope, obstinado y caprichoso al entrenador ya que no se explican la ausencia del Chicharito Hernández o del flamante campeón de la MLS, Carlos Vela.
En contraste se cuestiona la convocatoria de jugadores como Rogelio Funes Mori, Héctor Herrera y Guardado. Al primero por no ser nacido en México y a los segundos por considerar que su aporte a la selección ya no es la adecuada por su edad, ritmo de juego y añejas lesiones.
En el momento de elaborar este comentario se desconoce la lista definitiva de seleccionados que representarán a México en Qatar ya que el técnico nacional esperará hasta el último minuto la posible recuperación de los delanteros Jesús “Tecatito” Corona y Raúl Jiménez.
En fin, aficionados o no a este deporte preparémonos a ver como surgen voces que pondrán en cada partido sentimientos de identidad, pertenencia y orgullo a tope, a quienes presumirán de conocimientos futboleros sin haber pisado una cancha o un estadio, es más sin haber visto jamás un partido completo de futbol.
Ojalá que este oasis, en nuestra cotidianidad, nos brinde momentos de satisfacción, nos dé excusa para reunirnos con nuestros afectos y de ser posible celebrar el buen desempeño de los nuestros.
De cualquier manera, durante el desarrollo de la copa mundial todo girará en torno a un balón y al grito de ¡gol!