El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un problema crónico, degenerativo e incurable que afecta entre 21 y 22 por ciento de las mujeres mexicanas; no obstante, es controlable con medicamentos y hábitos saludables, de acuerdo con datos de la Jefatura de Ginecología Reproductiva del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”.
Es un padecimiento multifactorial, en el cual influyen la carga genética, la alimentación inadecuada y la falta de actividad física, entre otros, para desarrollar la enfermedad. Aunque la genética es el más determinante, esto hace que la prevalencia en México sea mayor que en el resto del mundo.
En el contexto del Día Internacional de las Mujeres, que se conmemora el 8 de marzo, se señala que es previsible que haya subregistro de personas con este problema, porque no están diagnosticadas.
Indicó que este trastorno hormonal se puede identificar con acné, falta de menstruación, exceso de vello en lugares no comunes como barba, bigote, axilas o espalda, y resistencia a la insulina, entre otras características.
Sobre el tratamiento, se hace hincapié en la práctica de hábitos saludables, acompañados por el uso de anticonceptivos para regular los ciclos menstruales, proteger el endometrio y disminuir los síntomas.
Es prematuro diagnosticar el SOP en la adolescencia o desde la primera menstruación, ya que en esta etapa es normal la presencia de acné y las alteraciones menstruales.
El diagnóstico se debe hacer entre seis y ocho años después de la primera menstruación, para lo cual son necesarios distintos estudios de laboratorio, ultrasonido y exploración física que confirmen la presencia de ovario poliquístico.
El SOP es una enfermedad incurable, pero controlable con tratamiento para regular la menstruación y proteger el endometrio, además de medidas de control del colesterol, glucosa e insulina, entre ellas la actividad física, alimentación equilibrada y, en general, los hábitos saludables.
Las mujeres con ovario poliquístico que desean embarazarse deben solicitar atención con un o una especialista en ginecología para el control de la ovulación y el adecuado seguimiento del embarazo.
La falta de tratamiento del SOP puede ocasionar complicaciones en la vida reproductiva, como el aumento de riesgo de diabetes, trastornos metabólicos, hiperplasia endometrial, cáncer de endometrio o infertilidad, por lo que es necesario atender el problema a tiempo.