Figura emblemática en la historia del teatro mexicano, se recuerda este 18 de junio el legado de Rodolfo Usigli como dramaturgo, director, crítico e investigador, así como formador de numerosas generaciones de creadores escénicos, a 42 años de su deceso.
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), se revalora su larga trayectoria que tuvo como gran pasión del arte escénico. Desde niño manifestó su interés por el teatro de títeres y memorizaba pasajes de algunas obras y zarzuelas que veía en el Teatro Hidalgo.
Si bien, su vida académica inició en el Conservatorio Nacional de Música, su vocación por el teatro determinó el camino que seguiría como creador de una dramaturgia que influyó a grandes autores, como Jorge Ibargüengoitia, Luisa Josefina Hernández, Sergio Magaña y Emilio Carballido, entre otros. Fue becado por la Fundación Rockefeller entre 1936 y 1937 para estudiar dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de la Universidad de Yale, junto con Xavier Villaurrutia.
El apóstol, escrita en 1931, fue su primera obra de teatro conocida, a la que siguieron casi medio centenar. Entre 1933 y 1935 escribió las comedias impolíticas Noche de estío, El presidente y el ideal y Estado de secreto, esta última presentada en diversas ocasiones por la Compañía Nacional de Teatro del INBAL.
En los años 40, Usigli ya era reconocido en el mundo de la dramaturgia mexicana. Entre las piezas más reconocidas se encuentran El niño y la niebla, primera obra de autor mexicano en rebasar las cien representaciones; El gesticulador, estrenada en 1947 en el Palacio de Bellas Artes, la cual refleja la vida política después de la Revolución Mexicana y la corrupción que se generó en torno a ésta, razón por la cual fue censurada durante muchos años; la trilogía de Coronas en las que refiere a momentos coyunturales en la historia de nuestro país: Corona de sombra (1943), sobre la figura de Maximiliano; Corona de fuego (1960) y Corona de luz (1963), en torno a Cuauhtémoc y al mito de la Virgen de Guadalupe, respectivamente.
La promoción del teatro fue otra de sus metas, con el fin de fortalecerlo y colocarlo en el plano internacional. Sobresalen la sexta temporada del Teatro Orientación en 1939; el Teatro de medianoche, en cuya única temporada, 1940, dirigió catorce obras, además de dar a conocer a Luis G. Basurto como dramaturgo (Los diálogos de Suzette) y a Ignacio Retes como actor, e impulsó la temporada de Teatro Popular de México entre 1972 y 1975.
Como profesor, contribuyó a crear generaciones de dramaturgos entre los que destacan Jorge Ibargüengoitia, Sergio Magaña, Emilio Carballido y Luisa Josefina Hernández, continuadores, los dos últimos, de su labor formativa.
Cultivó la narrativa con su novela Ensayo de un crimen (1944), llevada al cine por Luis Buñuel, y el relato Obliteración, publicado en 1973. Es autor de los volúmenes de poesía Conversación desesperada (1938), Sonetos del tiempo y de la muerte (1954) y Tiempo y memoria en conversación desesperada, publicada de manera póstuma en 1981.
Paralelamente, desarrolló una exitosa carrera en la diplomacia donde se desempeñó como segundo secretario de la embajada de México en París (1944-1946); enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de México en el Líbano (1956-1959); embajador de México en el Líbano (1959-1962 y embajador de México en Noruega (1962-1971).
Fue, asimismo, jefe de la Oficina de Prensa de la Presidencia de la República (1936), director del Programa de Teatro Radiofónico de la SEP (1938) y del Departamento de Teatro de la Dirección de Bellas Artes (1938-1939).
En 1991, en el marco del homenaje por el 86 aniversario de su nacimiento, el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) organizó una lectura dramatizada de su obra inédita Reynalda o el estanque, dirigida por Lech Hellwig-Gorzyñski.
En 2005, en el marco de la celebración por el centenario de su nacimiento, se realizó la exposición Lo que soy es teatro en el Palacio de Bellas Artes, cuya versión digital puede consultarse en la página del CITRU, que ostenta el nombre de Rodolfo Usigli en reconocimiento a sus aportaciones al teatro.