Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Se encuentra a punto de finalizar el mes de febrero para dar paso al tercer mes del 2024, bajo cuyo arco se festejarán el día internacional de la mujer, el inicio de la primavera, el natalicio de Don Benito Juárez, la Expropiación Petrolera y los festejos de la denominada “semana santa”.
A pesar de encontrarnos, aún en época de invierno de manera abrupta se han presentado “oleadas de calor” que han potencializado la aparición de incendios forestales, efecto “invernadero”, mala calidad del aire y una creciente sequía por todo el país.
Es triste y preocupante observar el nivel de agua que se encuentra en las presas, lagos y lagunas, la presunción de que sufriremos una temporada de “estiaje” severa ha prendido los focos rojos entre la sociedad y en algunos sectores del gobierno.
Se escucha los reclamos, de algunos estados a los que sus recursos hídricos se “desvían” hacia la Ciudad de México, se informa sobre firma de pactos y ayuda emergente para el abastecimiento del vital liquido en, cada vez más, localidades de la república, se anuncia el abasto escalonado y gradual en la mayoría de las entidades y por supuesto un aumento en su precio.
Ha cobrado vigencia y valor estratégico la polémica existente entre la buena noticia por las ventas de exportación de aguacate, de origen mexicano, contra el efecto depredador y alto consumidor de agua que posee.
Las autoridades del presente se quejan de la mala planeación urbana de sus antecesores, pero siguen permitiendo cambios de uso de suelo y se hacen de la vista gorda cuando se establecen nuevos asentamientos humanos en zonas protegidas o de riesgo ambiental.
Ya en el siglo pasado los “futuristas” visualizaban controversia, polémica e incluso conflictos bélicos por la disputa del agua, el presente ya se aproxima a sus predicciones.
Sin duda que quienes aspiran a gobernar el país deberán de estudiar y buscar experta asesoría para enfrentar el reclamo y encontrar soluciones para los campesinos, que ven altas posibilidades de perder lo sembrado, los sectores industrial y empresarial, hoy advertidos de que el agua tendrá prioridad para el consumo humano, los ciudadanos que desean poder abrir la llave del grifo para preparar sus alimentos, bañarse, realizar el aseo de sus viviendas y otras tareas cotidianas en las que el agua es un elemento vital.
Por lo pronto, quienes integramos a la sociedad del país deberemos pensar y actuar con responsabilidad para evitar que la crisis del agua continue creciendo y se convierta en un problema de seguridad nacional.
Gobierno, candidatos, ambientalistas, empresarios, académicos y la sociedad en lo general deberemos hacer un frente común sin que siglas, colores o partidos eviten encontrar la mejor solución para todos, en ello va el presente y futuro de la nación.
Hoy más que nunca se deben dejar de lado fobias, protagonismo, intereses personales o políticos para diseñar y ejecutar un plan estratégico, integral y de largo alcance, que brinde sustentabilidad a este y otros problemas ambientales, lo hacemos hoy o no tendremos mañana.