Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Ha iniciado el segundo mes del 2024, espacio en el calendario del año en el que se recuerda la promulgación de la constitución de 1917, se festeja a la bandera y suele otorgársele atención e intención a la amistad y el amor.
Por lo que se refiere a los festejos relacionados al “cumpleaños” de nuestra carta magna, este 2024 ha sido diferente ya que el titular del ejecutivo federal decidió NO acudir al emblemático recinto queretano en donde el congreso constituyente de 1917 aprobó nuestra actual Constitución.
En contraste, decidió realizar su propio evento y en él anunciar su propósito de modificar y/o agregar algunos artículos constitucionales.
Justicia, legalidad, inclusión, equidad, “restauración” del tejido social, transparencia, corrupción e impunidad son términos que se encuentran de moda en el lenguaje cotidiano de ciudadanos, académicos, medios de comunicación y en especial entre los gobernantes y políticos.
Es la Constitución utilizada como “bandera” para quienes exigen sea modificada o actualizada a su conveniencia, es muro de contención para los ambiciosos y autoritarios, es poco conocida por la mayoría, su defensa legal esta atribuida a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es la Constitución equilibrio y garante de la democracia en nuestro país.
Vale la pena resaltar que el documento signado en la ciudad de Querétaro en el año de 1917 ha sufrido más de ochocientas modificaciones sin que varias de ellas se entiendan, sean útiles y hagan la diferencia en el ejercicio profesional del Derecho.
Por lo que se refiere a la Bandera Nacional, vale la pena reconocer que es uno de los símbolos más importantes que tiene una nación.
Desde hace siglos, por los cuatro puntos cardinales del planeta se ha utilizado un trozo de tela “asegurado” por uno de sus lados a una asta de madera o metal para identificar un reino, a un ejército, una preferencia deportiva, identidad sexual e incluso para enviar señales.
Es decir, una bandera forma parte de la identidad de un grupo, un equipo, territorio y nación, por lo que al lienzo se le dota de colores e imágenes que le distingue entre las demás.
La bandera nacional sirve para representar al país en el extranjero, pero también como representación de los ciudadanos o del gobierno en el propio país.
Afirman los historiadores que la creación de la bandera mexicana data de 1821, cuando el emperador Agustín de Iturbide le encomendó la misión al sastre José Magdaleno Ocampo en Iguala, Guerrero.
La hermosa bandera de México esta integrada por los colores verde, blanco y rojo, a los cuales se les ha atribuido múltiples interpretaciones, entre ellas: el rojo representa la sangre derramada por los héroes que lucharon por su independencia; el verde simboliza la esperanza, en tanto que el blanco significa la pureza de los ideales de los mexicanos.
Nuestra bandera “presume” en su centro un águila posada sobre un nopal y teniendo en su pico una serpiente.
Nadie puede negar que la Bandera de México representa un elemento fundamental como identidad de todos los mexicanos, no importa el lugar en donde nos encontremos del planeta para que cuando la vemos “ondear” la “piel se nos ponga de gallina”, nuestro corazón se acelere y presumamos que somos mexicanos.
Es necesario honrarla y respetarla siempre ya que NO es propiedad de nadie, no esta vinculada a siglas, colores extras ni partidos políticos, sino que es patrimonio de todos los mexicanos.
Estamos a unos días de que inicien de manera oficial y formal las campañas políticas para elegir cientos de cargos de representación popular, el más importante sin duda alguna, será el decidir quien será el nuevo presidente de nuestro país.
Es y será importante evitar usar o contaminar nuestra bandera para dividir, polemizar o intentar apropiarse de este fundamental símbolo de unidad, pertenencia e identidad.
Deseamos que el proceso electoral se viva con madurez, libertad y transparencia en un ejercicio contundente de “Unidad en la diversidad”.
México requiere de la suma del talento, creatividad, liderazgo, compromiso y trabajo de todos, así que bien vale la pena hacer un esfuerzo para que se magnifiquen las coincidencias, se diluyan lo que aparentemente nos separa y todos juntos hagamos posible el país que todos soñamos.