Dr. Rogelio Díaz Ortiz
En los últimos meses he vivido un intenso viaje de reconocimiento a mis cualidades y defectos, al “descubrimiento” del porqué de mis reacciones y acciones, a “sorprenderme” de la profunda información existente bajo la denominación de “Eneatipos”, a intentar utilizarla para comprender mejor a quienes me rodean, pero de manera especial para encontrarme conmigo mismo.
Mi formación como profesional de la salud ha puesto “condiciones” y me ha obligado a tener la mente abierta y romper algunos paradigmas.
Seguramente la etapa de la vida en la que me encuentro me permite darme este y otros “lujos”.
La ocasión ha sido una extraordinaria oportunidad para volverme a encontrar con las neuronas, las siete inteligencias descritas por Garner, conceptos primarios y esenciales de fisiología, neurociencias, liderazgo, psicología, programación neurolingüística y tanatología.
A lo largo de este camino de aprendizaje fui cuestionado respecto a la utilidad del Eneagrama, algunos me señalaron que fue una “herramienta” utilizada por los Nazis y por tanto proscrita, otros más le compararon con la astrología y sus descripciones de personalidad, tendencias, aciertos y fantasía.
Respetuoso de todas las formas de pensar, decidí disfrutar de la oportunidad de adquirir nuevas formas de identificar la potencialidad del hombre, de un fascinante pasaporte para viajar por mi interior, así como de una posibilidad más para comunicarme mejor con los demás, coincidiendo con quienes afirmar que el Eneagrama es para toda persona que quiere crecer y superarse a nivel personal.
Con creciente interés busque en la descripción de cada uno de los Eneatipos identificarme, vibrar, sentir y emocionarme.
Identifique que soy proclive a disfrutar de mi capacidad para “resolver” el problema de quienes me rodean cayendo en la soberbia de “sentirme” necesario sin que esto sea siempre verdad.
Que suelo ser un “extraordinario” organizador que dirige, guía, controla y cuida a su equipo. Que soy extrovertido, responsable, trabajador, competitivo, seguro y exitoso.
Me caracteriza la facilidad para relacionarme con los demás, de forma que “poseo” un rico patrimonio de conocidos, aunque mi predisposición a la selectividad me ha llevado a contar con un número reducido de amigos verdaderos.
Hasta hace unos meses, me costaba mucho trabajo decir “NO”, sigo prefiriendo “dar” que “recibir y me cuesta demasiado pedir un favor para mí o mis hijos, pero me es muy fácil pedir y conseguir un favor o beneficio para un tercero.
Durante gran parte de mi vida fue muy importante la opinión de los demás. De tal forma que “cuidando” las formas no aproveche algunas oportunidades e incluso evite el “crecimiento” de algunos de mis seres queridos.
Hoy en día “solo” me interesa quedar bien con mi conciencia.
Más de alguna ocasión me sentí frustrado al no recibir el reconocimiento que considere merecía, al tener que “ceder” a otros el aplauso que con esfuerzo, disciplina, creatividad y resultados era mío.
No fumo ni bebo, tampoco consumo drogas ni, hasta este momento, tengo necesidad de ingerir ningún medicamento, pero si me encantan los postres por lo que soy propenso a la obesidad.
Estoy trabajando para lograr que nada de lo que haga u otorgue a los demás se “contamine” al esperar alguna señal de gratitud.
Estoy intentando que todo fluya sin más intención que la realización de una acción que quise hacer o un bien que desee otorgar.
No suelo hacer preguntas personales porque no me gusta me pregunten a mi lo que considero es privado. Aunque, a veces, hablo demasiado y monopolizo una conversación.
En el momento actual NO me niego a invitaciones que recibo para impartir una conferencia, integrar un panel, mesa redonda o foro de carácter académico y/o cultural, ya que aprendí que para que el conocimiento no muera, este debe compartirse sin condición alguna y con auténtica generosidad.
En el trabajo he disfrutado siempre ayudar al crecimiento de mis colaboradores por lo que he propiciado continúen estudiando para lograr un posgrado, ofrezco a la comunidad bajo mi responsabilidad capacitación permanente y les recomiendo con otros para que les otorguen mejores oportunidades laborales.
Disfruto integrar equipos sensibles, pro activos y exitosos.
Estoy seguro que me falta mucho por estudiar para profundizar y hacer “míos” los conceptos que integran al Eneagrama, por lo que será una de las tareas que motivarán lectura y práctica para posteriormente “integrarlo” al arsenal de herramientas de Desarrollo Humano necesarias para vivir el presente con satisfacción y plenitud, sin olvidar su utilidad para trascender la rigurosa evaluación que el tiempo realiza de nuestras vidas.
Me quedo con la “sensación” de haber realizado un viaje muy placentero y rápido por el vasto conocimiento recibido.
Aprovecho esta oportunidad de comunicación como una muestra de gratitud y reconocimiento por todo cuanto he “descubierto”, aprendido y desaprendido, por volver a darme cuenta que mis conocimientos son escasos, pero que esta en mi la decisión de leer, estudiar y vivir con plenitud.