Para celebrar su 60 aniversario, el Museo de Arte Moderno (MAM) —uno de los recintos más importantes de la Red de Museos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura— presenta un programa curatorial titulado Ficciones de la modernidad, el cual tiene como propósito hacer una revisión exhaustiva de su amplia colección de arte mexicano e internacional.
Se trata de cinco distintas exposiciones independientes que se entrecruzan en su propósito de poner sobre la mesa de análisis el papel fundamental que juega el museo en la configuración de un relato inacabado y cuestionado sobre la modernidad artística en México.
Dicho programa curatorial —dividido en cinco fases— pone a disposición del público un acervo formado por 618 obras de la colección permanente del MAM, creadas por 97 mujeres y 175 hombres, correspondientes al periodo de 1913 a 2021, así como cerca de 257 piezas recién adquiridas (de 2019 a la fecha) y que se presentan por primera vez.
En esta serie, organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del MAM, destaca de manera especial la fase cuatro: una muestra titulada Una tuna y una torre de luz sobre un pupitre, la cual se encuentra en la Sala B del recinto desde el pasado 28 de septiembre y hasta los primeros días de 2025.
Una tuna y una torre de luz sobre un pupitre se centra en la pregunta sobre qué es lo que define la modernidad artística en México, a partir de ejes como el nacionalismo, la internacionalización, el sueño latinoamericano, el status de vanguardia y la modernización del país.
En este propósito, la fase cuatro del programa curatorial se caracteriza por reunir lo que se considera aquellas piezas más emblemáticas de la colección del MAM y que han llevado al recinto a una consolidación fehaciente como una institución fiel a la vocación que se le encomendó hace 60 años.
Entre los autores incluidos en esta exposición, se encuentran desde aquellos que formaron parte de la Escuela Mexicana de Pintura (como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, pasando por Frida Kahlo, Rufino Tamayo, Olga Costa, María Izquierdo y Manuel Rodríguez Lozano) hasta los que pertenecieron a lo que se ha dado en llamar la Ruptura —con Francisco Toledo y otros—, y dirige una mirada muy necesaria al surrealismo en México con piezas de las legendarias artistas Remedios Varo, Alice Rahon y Leonora Carrington, entre otros y otras.
En la exposición, destacan de manera especial la enigmática obra de Frida Kahlo: Las dos Fridas, óleo sobre lienzo de 1939; Mujer saliendo del psicoanalista, óleo sobre tela de 1960, y La huida, óleo sobre masonite de 1961-1962: ambas, de Remedios Varo; y La vendedora de frutas, óleo sobre lienzo de 1951, de Olga Costa.
La exposición se centra en la pregunta sobre qué define la modernidad artística y pone en diálogo las cuatro líneas de indagación plástica que han sido centrales en esta conceptualización: lo moderno desde el prisma de la búsqueda de una identidad plástica propia, lo moderno como resultado de la tensión y renovación entre lenguajes y posturas estéticas, lo moderno como vanguardia —incluyendo la exploración del surrealismo, cuyo centenario se conmemora— y lo moderno como una lectura del progreso, la urbe y la industrialización.
La muestra Una tuna y una torre de luz sobre un pupitre se exhibe en la Sala B del Museo de Arte Moderno (Reforma y Gandhi s/n, Primera Sección del Bosque de Chapultepec), de martes a domingo de 10:00 a 18:00 h, hasta los primeros días de 2025. Los domingos, la entrada es libre.