Con un espíritu de fraternidad, la Orquesta Escuela Carlos Chávez cerrará el 2023 con la interpretación de la Sinfonía núm. 9, en re menor, opus 125, una obra insigne en el repertorio universal de la música sinfónico-coral porque revolucionó la estructura compositiva del periodo Clásico, que cuidaba el sentido del equilibrio y la mesura en el ritmo, para pasar a la vehemencia y arrebatos emotivos del Romanticismo.
Acompañada por las voces del Coro Sinfónico y el Ensamble Escénico Vocal del Sistema Nacional de Fomento Musical, institución de la Secretaría de Cultura federal, así como por las del Coro de la Ciudad de México, la joven orquesta interpretará esta pieza que en diciembre de 2002 fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La cita es el sábado 16 de diciembre de 2023, en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, y el domingo 17, en el Salón Adolfo López Mateos del Complejo Cultural Los Pinos. Ambas a las 13:30 horas.
El titular del Sistema Nacional de Fomento Musical, Roberto Rentería Yrene, será el director musical de este programa con el que la OECCh cerrará el año 2023, mismo que se replicará el 20 de diciembre, en el Concierto de Clausura del Festival Internacional del Centro Histórico de Campeche 2023.
Inspirada en el poema An die Freude (Oda a la alegría) del filósofo, dramaturgo y poeta alemán Johann Christoph Friedrich Schiller, la Sinfonía núm. 9, en re menor, opus 125, de Ludwig van Beethoven, una obra considerada revolucionaria no solo por los cambios estructurales que el compositor alemán realizó en la configuración de la orquesta, al introducir por primera vez a la percusión como una sección instrumental e incluir por primera vez a un coro y a cantantes solistas, también porque le dio valor a la palabra poética dentro de la música, más allá del lied alemán (canción característica del Romanticismo alemán, escrita para voz y piano, y cuya letra es un poema lírico).
Tal ha sido su trascendencia que, en diciembre del año 2002, la Unesco la declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad dado que desde su estreno y hasta nuestros días ha seducido a poetas, escritores y artistas visuales, y ha impulsado análisis y debates estéticos y filosóficos. A la fecha son innumerables los eventos internacionales de tipo deportivo, cultural, artístico y político en los que los compases y notas de esta Sinfonía núm. 9 son entonadas como símbolo de fraternidad entre las sociedades del orbe.
Cabe señalar que la popularidad de la pieza y su capacidad de estimular las emociones ha hecho que, en diversas épocas, grupos y movimientos se hayan apropiado de ella para avanzar su ideología o mensaje, por ejemplo, desde 1985 el cuarto movimiento fue adoptado como el Himno de la Unión Europea, y en Berlín, pocas semanas después de la caída del muro, en 1989, Leonard Bernstein, reunió a una orquesta con músicos de las dos Alemanias.
Y bajo este mismo espíritu de fraternidad, es que la OECCh cerrará el 2023 interpretando esta obra insigne que fue estrenada el 7 de mayo de 1824, en el Teatro Imperial de Viena, con altas expectativas debido a que era la primera aparición pública de Beethoven en 12 años, y porque la audiencia ya tenía conocimiento de que había perdido el sentido del oído; de hecho, se sabe que al final del concierto los aplausos aparecieron y Beethoven seguía “escuchando” su partitura sin mostrar reparo en la euforia del público hasta que uno de los solistas lo alertó tocándole su brazo. Fue así como se inclinó y saludó por última vez a sus admiradores, pues después de ese estreno el genio de Bonn se alejó de la vida pública.