El Porvenir de Cuitzeo

La artista plástica Alejandra Canseco encuentra en el espacio público una oportunidad para impulsar reflexiones

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Alejandra Canseco, también conocida como Alhil, es una artista plástica oaxaqueña en cuya obra, compuesta en gran medida por fotografía, pintura mural, gráfica e intervención en espacios públicos, proyecta su preocupación por la naturaleza, el medioambiente y la equidad de género.

La artista plástica reflexiona en torno al ser femenino y la reconexión con la naturaleza primordialmente en lo que la Tierra está gritando “porque hay mucho cambio climático; tenemos problemáticas con el manejo de residuos y justo tenemos que conectar nuevamente con los latidos de la Tierra porque estamos muy desconectados”, dice en entrevista.

Desde muy pequeña, las artes atrajeron su atención, por lo que decidió estudiar la Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), también realizó un intercambio con la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En entrevista explica que en sus creaciones busca equilibrar la energía femenina y masculina en la construcción de realidades con justicia y equidad, como las nuevas masculinidades responsables con las infancias y con el cuidado de las hijas y los hijos, involucrándolos también en las tareas que siempre se habían vinculado solo con la mujer.

“En mi trabajo siempre aparecen representaciones de mujeres con dignidad, con fuerza, como empoderadas, pero también ha sido un trabajo colaborativo con diversas comunidades artesanas donde, a partir su propia reflexión, de su comunidad y de sus procesos, artístico-artesanales podemos construir juntas, por ejemplo, las intervenciones murales”, señala.

Considera que el espacio público es una posibilidad para detonar o para provocar reflexiones en las y los transeúntes, y en el caso de las mismas mujeres, para que estas se reconstruyan y dignifiquen su imagen, su identidad, lo que les genera fortaleza y fuerza, para construir en equidad. “En seguir caminando paso a paso con los hombres y que podamos sentirnos bien, sobre todo en espacios de goce, de plenitud, de alegría”, dice.

Desde su punto de vista, en la cultura actual tocó a las mujeres vivir en la culpa y en procesos muy complejos y que han sido dolorosos, por ello, a través de los talleres gráficos que encabeza y del muralismo encuentra una forma de sanar esas heridas sociales, “pero buscando siempre proyectar en la imagen, algo positivo, sin hacer narrativas desde el dolor, sino poder resignificar esa experiencia y proyectarla a partir de la dignidad, de discursos más amorosos”.

En 2010, cuando Alejandra salió de la universidad, concibió el proyecto Alalimón, una colectiva artística para comenzar a trabajar murales comunitarios, pero también en la edición editorial de un calendario del cual se emitieron cinco números consecutivos, aunque en ese momento no contaban con un espacio físico.

Posteriormente, realizó trabajos en diversas comunidades del estado de Oaxaca, con el fin de hacer arte en comunidad a partir de la pintura mural, cuyos trabajos fueron principalmente con mujeres en temas de equidad de género e identidad.

“Así se ha ido desarrollando el trabajo y decidí abrir el espacio Alalimón Arte en Comunidad, como un sitio de experimentación y creación artística. En julio cumplimos un año de estar en un espacio físico en el centro de Oaxaca”, precisa.

Señala que el Laboratorio de Arte habla de una experimentación plástica también de poder dialogar con las herramientas técnicas como lo es la gráfica tradicional, pero a la vez incursionar con otras formas de ver la gráfica, la pintura y el dibujo, a fin de expandir los alcances de este arte y experimentar.

Para ello, comenta, los lunes hay sesiones para mujeres donde se reúnen y comparten sus procesos artísticos y situaciones personales que abordan a través de sus obras.

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