El Porvenir de Cuitzeo

Jorge Alberto Manrique, investigador emérito y promotor de la cultura en México

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Jorge Alberto Manrique, acucioso investigador del arte colonial, moderno y contemporáneo, fue un notable catedrático, impulsor de diversos espacios culturales, así como miembro fundador y director del Museo Nacional de Arte. Su destacada trayectoria es recordada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en el 85 aniversario de su nacimiento.

Escritor, historiador, investigador, académico y promotor cultural, Jorge Alberto Manrique Castañeda nació en la Ciudad de México el 17 de julio de 1936. Es considerado uno de los más importantes críticos del arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX, junto a Raquel Tibol y Teresa del Conde.

Manrique desempeñó una labor clave como gestor en el desarrollo y modernización de diversos espacios culturales. Además de su papel en la restauración del Palacio de Lecumberri, es recordado por haber sido miembro fundador del Museo Nacional de Arte (Munal).

Por invitación del entonces secretario de Educación Pública, Fernando Solana, y apoyado por un equipo de especialistas, Jorge Alberto Manrique tomó cargo como director de este recinto, inaugurado el 23 de julio de 1982. Ese día el Munal abrió sus puertas con un acervo de obras procedentes de los museos de Arte Moderno y Nacional de San Carlos, recintos que forman parte de la Red de Museos INBAL.

Con el objetivo de presentar una visión completa del arte mexicano, Jorge Alberto Manrique propuso un museo activo y novedoso, con la idea de lograr un visitante-partícipe interesado en actividades culturales y educativas. En entrevista con el artista e investigador Eloy Tarcisio, el propio Manrique refirió: “Con respecto al acercamiento al público, nosotros diseñamos una estrategia para que los visitantes pudieran aproximarse a las piezas, pero además entender la figura y la ideología planteada en el guión museológico de las salas”.

Durante su gestión, el Munal contó con un Departamento de Actividades Paralelas, coordinado por Guadalupe Salcedo e integrado por Vicente Rojo Cama, Mariana Elizondo y Alfonso Cuarón. En éste, Elizondo se encargó de los recitales de poesía y conciertos de música, Cuarón de coordinar el cine club y, por su parte, además de ser el asistente personal de Manrique, Rojo Cama tuvo bajo su responsabilidad el programa de conferencias relacionadas con las artes plásticas. Tal como este último recuerda: “Manrique estaba muy abierto a cualquier tipo de manifestación que hiciera un museo vivo. En el Munal pudimos hacer cosas que no se hacían en otros recintos, meter por primera vez grupos de rock y jazz, música contemporánea y electrónica”.

Apasionado historiador del arte

Tras estudiar el bachillerato, rodeado de los murales del Antiguo Colegio de San Ildefonso, se graduó como historiador por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde tuvo como primeros guías a Edmundo O’Gorman, Justino Fernández y Francisco de la Maza, de quienes llegaría a ser un digno sucesor. Manrique terminó por perfilar su vocación al realizar estudios de Historia del Arte en La Sorbona de París, Francia, y en la Universidad de Roma, Italia, La Sapienza, donde tuvo como profesores a Víctor-Lucién Tapié y Giulio Carlo Argan. Su primer estudio sobre el arte lo dedicó al Convento de los Predicadores en la antigua Villa, creado por la orden de los dominicos en Azcapotzalco, alcaldía donde pasó su juventud.

Hombre de amplia cultura, Jorge Alberto Manrique no solo dedicó su pluma al arte moderno y contemporáneo. En su paso como catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, impartió los cursos de Reforma y Contrarreforma y Arte colonial mexicano, con los cuales se formaron algunos de los más relevantes historiadores del arte en nuestro país. Asimismo, desde 1968 se desempeñó como investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas, de esta misma institución universitaria, del cual llegó a ser director entre los años 1974 y 1980, tiempo en el que ingresaron algunos de sus más destacados académicos, como Teresa del Conde, Rita Eder, Fausto Ramírez y Alberto Dallal.

Durante su gestión, fue testigo de la edificación del Espacio Escultórico, fortaleció el acervo de la Biblioteca Justino Fernández, a la par de internacionalizar al instituto a través de la organización de diversos coloquios, en los que se contó con la presencia de personalidades como Umberto Eco o Marta Traba. En el año 2000 fue nombrado investigador emérito de esta casa de estudios.

Entre 1987 y 1988 fungió como director del Museo de Arte Moderno.

Desde los inicios de su carrera se hizo acreedor a diversos galardones, entre los que destacan los premios a la Crítica Joven México en la Cultura Paul Westheim en 1959; Crítica Latinoamericana de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) en 1990; Universidad Nacional en 1992, y Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2005.

Miembro de diversas organizaciones dedicadas a la preservación y reconocimiento de los museos, y a la historia y crítica del arte, Jorge Alberto Manrique, fallecido en 2016 a los 80 años, es recordado como una pieza fundamental en la labor de la difusión y conservación del patrimonio artístico.

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