Considerada el primer triunfo alcanzado por Gustav Mahler como compositor, la Sinfonía núm. 3 será interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), bajo la batuta de David Stern como director huésped, con la participación del coro femenino EnHarmonia Vocalis que dirige Fernando Menéndez, además de la Schola Cantorum conducida por Alfredo Mendoza, además de la mezzosoprano búlgaro-canadiense Emilia Boteva.
El inicio de la Sinfonía núm. 3 es uno de los movimientos sinfónicos más largos y portentosos de todo el repertorio. En él se describe el despertar del dios Pan y la potente llegada del verano, anunciada con ocho cornos al unísono.
En el segundo movimiento, Mahler vuelve la mirada al campo, hacia una placidez bucólica que se puede apreciar en numerosos momentos de su música; el tercero, si bien está dedicado a los animales, incluye la presencia humana, simbolizada por tres mágicos, contemplativos y conmovedores interludios para posthorn (o trompeta) fuera de la escena. La materia prima de este movimiento es una de las canciones de El cuerno mágico del doncel, titulada Redención en el verano.
Para el cuarto movimiento, Mahler se involucra de lleno con el elemento humano: una profunda voz de contralto interpreta algunas líneas de Así hablaba Zaratustra de Nietzsche, que aluden a la noche, a los sueños, al despertar y la eternidad. En el siguiente movimiento introduce otra de las canciones de El cuerno mágico del doncel, titulada Tres ángeles cantaban. Aquí la contralto es acompañada por un coro femenino y otro infantil, cuyas voces imitan el sonido de las campanas matutinas. Después de estas sonoridades, el compositor concluye su tercera sinfonía con un adagio que es, en palabras de Leonard Bernstein, “la música más dolorosamente hermosa escrita por Mahler”.
El compositor trabajó en su tercera sinfonía entre 1893 y 1896, y el estreno tuvo lugar en Krefeld en 1902, bajo la batuta del propio Mahler. Entre los asistentes ubicaron a Richard Strauss, Max von Schillings y Eugen d’Albert, entre otros, quienes aclamaron unánimemente la obra. Un par de años después, la sinfonía fue ejecutada por primera vez en Viena y en aquella audición, entre el público se hallaba el joven Arnold Schönberg (1874-1951) quien, a raíz de haber escuchado la obra, escribió una carta a Mahler en la que compartió su impresión sobre su creación musical:
Sentí la lucha por las ilusiones; sentí el dolor de alguien que ha sido desilusionado; vi la lucha entre las fuerzas del bien y del mal; vi a un hombre en medio de una tormenta de emociones, esforzándose por hallar la armonía interior.
La vida de Gustav Mahler fue, sin duda, una constante búsqueda de la verdad a través de la ilusión, la lucha, la tormenta y la emoción.
Por lo que toca al director de orquesta David Stern, originario de Nueva York, obtuvo su licenciatura en Música en la Universidad de Yale y la maestría en la Juilliard School. Es director artístico de la Ópera de Israel y director-fundador de Opera Fuoco.
Como director huésped ha colaborado con la Sinfónica de Viena, la Filarmónica de Hong Kong, la Orquesta Haydn de Bolzano y Trento, así como la Filarmónica de Guangzhou, entre otras. En el terreno de la ópera, ha sido invitado a La Moneda, la Ópera de Lyon, y diversos teatros: el de Marsella, Rouen, Estrasburgo y St. Gallen. Fue director huésped principal del ensamble Concerto Köln, en conciertos del Festival de Lucerna y en Carnegie Hall de Nueva York.
Emilia Boteva, solista invitada, se formó en la Academia Búlgara de Música de Sofía. Fue premiada en el Concurso Nacional Svetoslav Obretenov en Bulgaria y finalista en el Concurso Internacional Vocal de Toulouse. Boteva hizo su debut en el Teatro Estatal de Ópera de Sofía y se ha presentado en teatros y salas de concierto de Quebec, Montreal, Bari, Ottawa, Las Palmas, Bilbao, Sofía, Calgary, Winnipeg, Chicago, Edmonton, Tampa, Hamilton. Vancouver, Manitoba y la Ciudad de México.
Fernando Menéndez es fundador y director del coro EnHarmonia Vocalis, que hizo su debut en la ópera-concierto Boris Godunov con la Orquesta Sinfónica Nacional. Originario de la Ciudad de México, estudió canto en el Conservatorio Nacional de Música y dirección coral con Cecilia Vázquez, María Elina Mayorga, Digna Guerra y Leo Krämer.
Por su calidad interpretativa y su amplio repertorio, Schola Cantorum de México ha sido durante más de 30 años un importante punto de referencia dentro del ámbito coral. Se ha presentado en recitales, festivales, conciertos sinfónicos y representaciones operísticas. Ha actuado en 23 entidades de la República mexicana, así como en Canadá, Cuba, China, Estados Unidos y Francia.