El Porvenir de Cuitzeo

Hostigan en la UMSNH a Adriana Pineda, pero no la Vencerán

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Por Óscar Tapia Campos

No, qué va, no se equivoquen, no van a doblar el carácter de la doctora Adriana Pineda Soto, no la inclinarán. La conozco desde los años 70, y desde entonces ha defendido decididamente la libertad de expresión, la libertad de pensamiento y la libertad de disentir. No, los hostigamientos de que la ha hecho objeto la cerrazón, la intransigencia y la ley mordaza que la autoridad universitaria quiere imponer no la vencerán.

Conocí a la ahora brillante doctora Adriana Pineda hace ya varias décadas. Era un jovencita bella, estudiosa y muy disciplinada.

Coincidiamos en el Taller de Poesía “La Cúpula” que dirigía el maestro y poeta Tomás Rico Cano en la Casa de la Cultura de Morelia.

Allí pergueñábamos poemas, allí intentamos construirnos como poetas, allí leíamos, escribíamos, borroneábamos, corregíamos y volvíamos a escribir; analizábamos, criticábamos y hasta hacíamos pedazos los textos de los compañeros, porque también teníamos que aprender a estructurar la crítica.

Adriana, esa chamaca güerita, se destacó pronto por su viveza, carisma, inteligencia, talento y belleza. Tenía todo, por eso se convirtió en la musa de muchos imberbes poetas. Mas, ella, siempre fina, atenta, amigable y vertical, con sutileza establecía límites y le entregaba a todos cordialidad sin tacha. Era para tirios y troyanos algo así como la Fuensanta de López Velarde.

El poeta Tomás Rico Cano veía en “esa niña” a una futura Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Rosario Castellanos y Concha Urquiza. Y no se equivocaba, Adriana Pineda dejaba ver tanto talento como para alcanzar esas magnitudes poéticas, sin embargo, ella se decantó por la historia y, hoy, es una de las historiadoras nicolaitas más brillantes.

A nuestro personaje de hoy, Adriana Pineda Soto, se debe en gran medida la gran hemeroteca de la Universidad Michoacana y mucho de los altos valores del Archivo Histórico de nuestra máxima casa de estudios, donde es investigadora, maestra y defensora de la libertad de expresión por eso ha sido objeto de hostigamiento laboral desde la rectoría.

Adriana no puede callar. No debe callar, no va a callar, porque no va a traicionar a su naturaleza. Lo saben las autoridades universitarias y ello las enerva, por eso la han hecho blanco de sus ataques, de sus despropósitos y de sus tácticas intimidatorias.

La quieren acorralar, intentan doblegarla, ya la borraron de la nómina, ya la tienen sin sueldo, lo que es un atentado infame a sus derechos laborales y humanos, pero, conociéndola como la conozco, seguro estoy que no la van a derrotar y más pronto que tarde tendrán que recular.

Anduve hoy por la universidad, mi amada Universidad Michoacana, y pude darme cuenta que permea el miedo, se palpa un ambiente tenso, hay inquietud, sin embargo, abundan los universitarios indomables que nunca se agacharán, que no callarán sus molestias y demandas, que mantendrán la frente y el puño en alto hasta la victoria, tal como lo hace la doctora Adriana Pineda Soto, porque le asiste la razón, porque defiende su causa y al hacerlo también defiende la de todos esos universitarios hostigados y violentados.

El éxito está asegurado para Adriana Pineda porque es de esas mentes brillantes que tienen claro que la ignorancia y la sumisión fortalecen al dictador, por eso no la vencerán, seguro, muy seguro estoy, ella impondrá su derecho, su verdad y su lucha. Así sea.

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