Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Durante la presente semana culmino una vuelta más al sol y con ello disfrutaré, así lo espero, de la venturosa experiencia de cumplir un año más de existencia en este plano físico.
Sin duda, los últimos doce meses han sido diferentes, han retado paciencia, creatividad, resiliencia y salud a un ritmo con otro sentido en el tiempo y las emociones, ha transcurrido en un abrir y cerrar de ojos, sin tregua alguna.
La pandemia que aún hoy “vivimos” ha cambiado muchas cosas, entre ellas la dimensión del tiempo, los apegos, el valor de la familia, el tesoro de la amistad, los paradigmas relacionados con salud y vida, la utilidad de lo que tenemos y deseamos, el aquí y ahora.
La ocasión es magnífica oportunidad para evocar aromas, sabores, imágenes, afectos y personas que han sido parte esencial de mi transcurrir por la vida.
Nacido el pasado siglo he sido testigo y protagonista de cambios de hábitos, costumbres y paradigmas. He visto nacer y morir ideales, sistemas políticos, modas, liderazgos y personas.
Con rapidez he intentado adaptarme al cambio constante de todo, las mágicas predicciones de Julio Verne o Alvin Toffel se han visto rebasadas, los retos han cambiado, la sociedad es otra, mis padres y algunos de mis amigos han emigrado a su encuentro con el Creador, la vida no se detiene, sigue… sigue… sigue.
Festejar un año más de vida es un extraordinario pretexto para agradecer todo tipo de experiencia, las malas porque me han mantenido alerta y me han brindado enseñanzas; las buenas porque justifican de mil maneras tiempo, esfuerzo, ilusiones y recursos invertidos.
Un año más “aquí” me ha permitido valorar las oportunidades recibidas, algunas aprovechadas en su totalidad en tanto que otras desperdiciadas, quizá por inexperiencia y temor o en ocasiones por pensar que “no era el momento”.
He sido muy afortunado con los padres que el Creador me otorgo, aunque su morada es ahora el firmamento, estoy seguro que desde ahí gestionan ante el Creador todo tipo de bendiciones para que mi vida sea feliz.
Me dotaron de amor y valores forjando mi conciencia y trazando la ruta ideal para transitar una infancia muy feliz, una adolescencia inquieta pero siempre “acompañada” del consejo y en ocasiones del regaño oportuno.
Me enseñaron el valor del trabajo, el respeto a los demás, el tesoro de la amistad y me dotaron de herramientas que me han llevado a conseguir modestos logros, algunos triunfos y en especial a darle sentido a todo cuanto me rodea.
El acompañamiento de personajes y personalidades como los Galenos Adolfo Alvarado Villaseñor, Juan Giner Velázquez, Gustavo Gallegos Vargas, José Abel Ayala García y José Luis Gras Garcilazo me dieron inspiración, reto y ejemplo al enseñarme que “la medicina es la más artística de las humanidades y la más humana de las ciencias”.
Mención especial merecen las enseñanzas, siempre creativas, el talento, la chispa y el encuentro permanente del éxito inculcados por mi querido amigo, el Abogado Enrique Ramírez Miguel.
Todos ellos ya emigraron a su encuentro con el Creador, pero su ejemplo y lecciones de vida permanecen y me acompañarán por siempre.
Aprendí con todos ellos que el “futuro se piensa… se construye y finalmente se debe “provocar”.
Reconozco el sentido crítico, pero propositivo, el liderazgo pro activo y el sentido de responsabilidad social aprendidos en las aulas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, justamente mi primer empleador.
Tuve la bendición de participar, por más de treinta años, como docente y funcionario en la Casa de Hidalgo. Sin duda, una de las etapas más felices de mi vida.
Mi paso como Director de Acción Social, Cultural y Deportiva, Secretario Técnico del Consejo de la Ciudad y Secretario de Turismo del Ayuntamiento de Morelia me permitieron disfrutar mi lugar de origen como muy pocos.
La confianza otorgada para participar como Asesor en el H. Congreso del Estado y la Secretaria de Seguridad Pública del Estado de Michoacán, así como en la titularidad de la Secretaria Técnica del Acuerdo por Michoacán fueron experiencias que enriquecieron mi formación profesional y me permitieron servir a los michoacanos.
La relación con artistas, políticos, empresarios, deportistas, intelectuales, lideres, profesionistas y profesionales de elite ha sido un privilegio que me ha dado el Circulo de Estudios Génesis, hoy Fundación, a lo largo de los últimos cuarenta y tres años.
A los Génesis de ayer, de hoy, del mañana y de siempre les agradezco su confianza, solidaridad y fiel acompañamiento.
Mi participación como parte del equipo editorial de periódicos, revistas, plataformas digitales, programas de radio y televisión me ha enseñado la responsabilidad de emitir un juicio, una crítica o un elogio a la ligera, aunque ha sido una “sana” costumbre intentar descubrir en cada persona y en cada suceso lo positivo, de lo negativo se encargan los demás.
La bendición de contar con amigos leales, tolerantes, solidarios y afectuosos ha sido trascendental para mantener mi salud física y emocional, para transitar “apoyado” en momentos de dificultad y ampliamente motivado en circunstancias de felicidad y éxito.
Hoy llego a este cumpleaños con fe en el presente y esperanza en el futuro, con el deseo de disfrutar cada minuto, aligerar el viaje, hacer trascendente cada instante, liberarme de apegos y ego, compartir mis modestos conocimientos y continuar aprendiendo todos los días.
Por supuesto que nada de lo descrito ni de lo que me falta por hacer sería posible sin la voluntad de Dios.
Finalmente agradezco a quienes a lo largo de los últimos treinta y cinco años han sido lectores de este y otros espacios informativos en los que semana a semana nos encontramos…
“Gracias por ser y estar”