Soconusco posee un tesoro cultural muy apreciado por sus habitantes, el pozo de la sal, reliquia histórica del pueblo que guarda leyendas y mitos de la época prehispánica. Se cree que Moctezuma lo utilizó para esconderse y lloró la derrota de su pueblo. Cada mes de mayo las y los lugareños recuerdan la tradición mediante danzas, música y rituales. La nombran “La Feria de la sal”.
En la festividad se presentan las danzas más representativas y tradicionales de la región, una de ellas La Malinche, comandada por Artemio Limón Doroteo, que por el proyecto Fortalecimiento y promoción de la danza indígena de La Malinche en Soconusco, Veracruz, recibió recursos del Programa de Apoyos a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) para renovar el vestuario para sus danzantes.
La Malinche es un baile ceremonial en honor a Pijchal (la serpiente de los siete colores del cielo), la deidad más venerada de los teneek del Ja o huastecos del sur. La danza se ejecuta desde antes de la era cristiana. Se creía que fue Pijchal quien los guió hasta Tuxpan para indicar donde deberían fundar o establecer sus aldeas.
En la región de Tuxpan el baile tiene mucho arraigo, pero su presencia también llega hasta Tancoco, Tamalin, Temapache, Tempoal, Tantoyuca, Tamiahua y Soconusco.
Para realizar esta danza, los bailadores se caracterizan con trajes de colores vistosos, armas y máscaras elaboradas con madera. A lo largo de la representación se escuchan diferentes piezas, una para cada personaje y circunstancia “la danza de La Malinche o la Conquista, como también la conocemos, consiste en danzar 12 sones y entre cada uno se da un diálogo; en total, es una danza que dura aproximadamente dos horas”, precisa el entrevistado.
Artemio Limón resalta que él tiene 70 años y su fortaleza ya no es la misma, sin embargo, hace hasta lo imposible para que esta danza no se pierda. Por ello hace una invitación constante a los niños y jóvenes en la escuela donde imparte clases.
Con el apoyo del PACMyC que recibieron compraron trajes, huaraches, ropa, lentejuelas, espejos y listones de colores, material que se estrenará pronto.
“Es cuestión de que se decidan los participantes y poder organizar bien al grupo, el cual debe estar integrado por 12 y hasta 15 danzantes, que se disponen en dos filas de seis o siete (simbolizando la semana solar con sus días y noches). Uno más dirige el movimiento y es llamado monarca, él baila a la cabeza y en el centro del grupo”.