Boris de Jesús García Ildefonso, antropólogo y maestro artesano textil, encuentra su fuente de inspiración en la naturaleza, los colores, y los amaneceres y atardeceres de Huautla de Jiménez, Oaxaca. En entrevista, el creador comenta que su pasión por el arte textil y la creación de huipiles se nutre de una rica herencia familiar y cultural que se refleja en cada una de sus obras. Boris de Jesús nació en el seno de una familia que ha sido bordadora desde hace más de cuatro generaciones.
Según el artsita, la técnica de punto lomillo, preservada en la comunidad mazateca de Huautla de Jiménez, ha sido una tradición que se había perdido con el tiempo; sin embargo, García Idelfonso y su familia han trabajado para revivirla y mantenerla viva. Asimismo, explica que el contexto económico y cultural de Huautla de Jiménez ha jugado un papel crucial en la evolución de esta técnica.
“Huautla es el centro económico de toda la región, de 10 municipios en donde hay mazatecos, mixtecos y nahuas. Cuando es el día de plaza, las comunidades van a Huautla y se surten de muchas cosas. Esto hizo que una de las cosas que llegaron a la comunidad fueran los hilos de colores, los listones y la tela cuadrillé industriales”, comenta Boris.
Este acceso a nuevos materiales permitió a la comunidad desarrollar su propia técnica de bordado, adaptando elementos externos a su herencia cultural. Anteriormente, los artesanos tejían con hilos de algodón hilados a mano y teñidos con pigmentos naturales. Boris García menciona que, a través de sus investigaciones en museos y libros, descubrió que los huipiles de hace 100 años eran muy diferentes en su confección. Aunque los diseños florales se mantenían, las técnicas ancestrales se habían perdido con el tiempo.
“Es por ello que yo, investigando en museos y libros, me di cuenta de que hace 100 años los huipiles eran totalmente distintos en cuanto a su confección”, dice. A través de sus estudios y esfuerzos por rescatar estas técnicas antiguas, el artesano y su familia han descubierto que los métodos tradicionales no solo embellecen los textiles, sino que también preservan técnicas ancestrales que han sido transmitidas de generación en generación.
Estas técnicas, según Boris García, se habían perdido debido a la falta de interés y la llegada de materiales más económicos pero de menor calidad y no naturales. El uso del telar de cintura y las técnicas de bordado con seda, teñido con añil y grana cochinilla, se han incorporado a su trabajo a partir de esta investigación.
“A partir de la investigación, fue trabajar sobre diseños y formas de hacer huipiles, reinterpretar estas técnicas antiguas y hacerlos con la idea de una innovación pero respetando lo que nuestros ancestros crearon”, comenta.
La transición a estas técnicas ancestrales ha llevado a Boris a recibir diversos reconocimientos y una mayor demanda de sus piezas. Premios como el Estatal de Arte Popular Benito Juárez y el Estatal de la Juventud 2022 destacan la importancia de su trabajo. Según el maestro artesano, estos logros no solo validan su trabajo, sino que también subrayan la importancia del arte textil en la cultura contemporánea.
“Lo importante también es que el trabajo artesanal se paga de manera justa, pues nos llevamos de entre tres meses a más de un año por huipil”, enfatiza. Con el objetivo de seguir preservando esta tradición, Boris ha organizado talleres tanto en su comunidad como en Oaxaca, creando espacios de intercambio y aprendizaje. “La importancia de estos eventos es que, además de dar a conocer nuestro trabajo también sirven mucho como intercambio de ideas, de técnicas y estilos”, señala.
Finalmente, asegura que con la esperanza de que su trabajo sea recordado y su comunidad continúe preservando sus tradiciones, “quiero que las siguientes generaciones se apropien de estas piezas, que busquen seguir creándolas y conservar nuestras tradiciones”.