Los oficios que se desempeñaron en el México rural y urbano, desde la segunda mitad del siglo pasado hasta nuestros días, son tema de la exposición Mano de obra. Oficios en la gráfica mexicana, siglos XX y XXI, que se exhibirá en el Museo Nacional de la Estampa (Munae) a partir del 16 de diciembre, en el marco de su 35 aniversario y del 75 aniversario del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), instancia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Mano de obra se realizó bajo la curaduría de los historiadores del arte Raúl Cano Monroy y Karen Juárez Peña, quienes explicaron la doble connotación que tiene este título. Por un lado, alude al trabajo manual que se realiza en diversas industrias y, por el otro, se refiere a la mano creadora de la obra, del artista, del grabador, que desde su visión captura la realización de otras actividades.
“Se verá al obrero, al campesino, al vendedor ambulante, al repartidor de comida por aplicación, al que hace Home office, al repartidor de agua, al ‘viene viene’ y a los vendedores en mercados a través de los ojos de los artistas gráficos”, dijo Raúl Cano.
Con base en una puntual revisión del acervo del Munae, la exposición se fundamenta en la idea posrevolucionaria plasmada en el muralismo y en la Escuela Mexicana de Pintura, de las clases populares como símbolo del progreso. “Después de 1921, los obreros y el campesinado se volvieron un arquetipo, pero no con una idealización romántica como en las litografías de tipos populares del siglo XIX, sino todo lo contrario, el artista, como testigo de una realidad, mostraba las condiciones en las que laboraban, la desigualdad y, principalmente, la búsqueda de una subsistencia, dejando la hoz y el martillo por la cuchara y el arado”.
Agregó que siempre se ha representado a la gráfica mexicana en un contexto político y de lucha social, sin embargo, no se ha prestado atención a los oficios y al trabajo cotidiano como género que tiene un mensaje contestatario desde la trinchera del testimonio visual de los empleos, el comercio y los servicios, verdadero soporte económico y social del país.
De ahí surge el concepto de Mano de obra, una muestra con la misma esencia colectiva que la organizada por el Frente Nacional de Artes Plásticas en 1955, en la que participaron la mayoría de grabadores activos de esa época. En ese sentido, esta exposición es particularmente especial, pues desde ese año no se había hecho un ejercicio donde artistas de gran, mediana e incipiente trayectoria participaran de manera conjunta.
“Como curadores nos gusta el hecho de mostrar algo diferente en las exposiciones, un ejemplo de ello es el tema de oficios dentro de una sociedad en la que no se había tocado de manera puntual y desmenuzada desde mediados del siglo XX, y nos pareció muy acertado hacerlo por los múltiples cambios, giros e innovaciones que ha experimentado el campo laboral”, explicó Karen Juárez.
En la muestra participan más de 180 artistas y está conformada por alrededor de 270 piezas del siglo XX y contemporáneas. Algunas de las obras que conforman el primer segmento histórico son de autores como Susana Neve, Alfredo Zalce, Mariana Yampolsky, Adolfo Mexiac, Alicia Venegas, Pablo O´Higgins, Edelmira Losilla y Leopoldo Méndez, entre otros.
En cuanto a la obra del siglo XXI, el público apreciará el trabajo de Noel Rodríguez (Gráffika urbana), Luisa Estrada, La cuija gráfica, Clarissa Alamilla, Gabriel Ávalos, Marisol Castro y Buba Za, por mencionar algunos. Estos creadores clásicos y contemporáneos utilizaron técnicas como xilografía, monotipo, linografía, punta seca, esténcil y mixtas.
Al respecto, Juárez Peña comentó: “Esta exposición es un manual en el cual se podrán observar las vastas técnicas en la gráfica mexicana del siglo XX y, al mismo tiempo, es un directorio de artistas contemporáneos, talleres de gráfica y colectivos, que traen al presente y nos retroceden a través del tema que nos ocupa”.
El público conocerá dos periodos de la gráfica confrontados y, a la vez, conectados. Observará un enfoque diferente, un rescate de artistas postergados y material inédito de autores contemporáneos de varios estados de la República mexicana.
Con Mano de obra. Oficios en la gráfica mexicana, siglos XX y XXI, el Munae engloba la visión del ir y devenir de los modos de producción, distribución y subsistencia del pueblo mexicano y rinde homenaje a los grabadores que han donado su obra al acervo de este recinto a lo largo de las últimas tres décadas. “Esta muestra es la confirmación visual de la estampa en nuestro país”, expresó el director del recinto, Emilio Payán.
El 17 de diciembre de 1986 inició la historia del Munae, que desde el centro de la Ciudad de México ha destinado su labor a la colección, preservación, investigación y difusión del patrimonio del grabado y la estampa, disciplinas de mayor arraigo en el campo de las artes visuales.
Con casi 350 exposiciones dentro y fuera de México, una de las colecciones de obra gráfica más importantes del país, la cual supera las 12 mil piezas, la biblioteca Adolfo Mexiac, un programa de conversatorios, conciertos, presentaciones editoriales, visitas guiadas, talleres, así como actividades académicas y comunitarias, son las razones por las cuales el Munae se mantiene como referente del arte gráfico nacional e internacional.
El recinto continúa con la aplicación de estrictas medidas de protección sanitaria, las cuales consisten en la instalación de un filtro con tapete desinfectante, aplicación de gel antibacterial, revisión de la temperatura que no rebase los 37.5ºC, uso obligatorio de cubreboca y respeto a la sana distancia.