El Centro Nacional de las Artes (Cenart), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, rendirá homenaje al escenógrafo mexicano más reconocido de la historia, Antonio López Mancera, en el centenario de su natalicio. Las actividades contemplan un par de exposiciones: Todo empieza con un garabato y El no lugar; además de una charla con especialistas que hablarán sobre el trabajo de quien fue alumno predilecto del maestro Julio Prieto y el heredero directo de la gran tradición de la escenografía mexicana iniciada por los hermanos Tarassona, Rodolfo Galván y Julio Castellanos.
En el marco de su 30 aniversario, el Cenart celebrará con la exhibición de las joyas de la Biblioteca de las Artes a través de una serie de exposiciones que se realizarán durante todo el año y que mostrarán los fondos más importantes que resguarda. El primero de estos fondos es el grupo de documentos que Antonio López Mancera creó, reunió, conservó y utilizó por más de 40 años en el desempeño de su actividad de diseño, escenografía, iluminación y vestuario.
La exposición titulada Todo empieza con un garabato, que se exhibirá del 22 de febrero al 24 de marzo en el vestíbulo de la Biblioteca de las Artes, está enfocada en las tres artes escénicas a las que Mancera dedicó gran parte de su vida: el teatro, la danza y la ópera. Al mismo tiempo, se centra en las puestas en escena que destacan dentro de su prolífica producción, como Boris Goudonoff, Aida, La madrugada del panadero, El chueco, El rey Lear y La vida en sueño, entre otras. Se exhibirá en un horario de lunes a viernes, de 9:00 a 19:00 h; y sábados y domingos, de 10:00 a 17:30 h.
En tanto que la exposición El no lugar se podrá visitar en la Galería de Arte Electrónico Manuel Felguérez de Centro Multimedia, del 6 de marzo al 7 de abril. Se trata de una propuesta que gira en torno al trabajo realizado por Antonio López Mancera para la puesta en escena de la obra Fidelio, original de Ludwig van Beethoven. Esta exhibición incluye los trabajos de diseño, escenografía, iluminación y vestuario, así como las maquetas originales y un interactivo inmersivo. Estará abierta en un horario de martes a domingo, de 10:00 a 17:00 h.
Además, el miércoles 6 de marzo, a las 11:00 h, en el Salón de Usos Múltiples de la Biblioteca de las Artes, se llevará a cabo la charla “El tiempo de Antonio López Mancera: 100 años”, con especialistas como Silvia Ramírez, Socorro Merlín, Jovita Millán, Cristina Sausa y el maestro Rene Durón Espino, quien colaboró muy cercanamente en diversos proyectos con Antonio López Mancera.
Al iniciarse la carrera de Escenografía (1949) en la Escuela de Arte Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Antonio López Mancera cursó los estudios correspondientes y a la postre fue colaborador del maestro Julio Prieto. De 1952 a 1978 fungió como jefe de departamento de Producción Teatral en el Inbal. Simultáneamente se dedicó a la docencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Seminario de Producción y Teatro) y en la Escuela de Arte Dramático del INBAL (Escenografía).
Es el escenógrafo mexicano que más reconocimientos ha recibido por su depurado trabajo, tanto a nivel nacional como internacional: en 1953 la Asociación Nacional de Críticos lo premió por la escenografía de Boris Goudonoff, de Musorgsky. En 1963 la Asociación de Críticos de Teatro lo galardonó por la obra La visita, de Durremat. En 1970 recibió las Palmas Académicas del Gobierno de Francia por su labor para el teatro francés en México y en 1972 recibió el premio de la Asociación de Críticos de Música por las óperas Aída y Turandot.
Fue nombrado presidente de la delegación mexicana (1976, 1977 y 1978) en los congresos auspiciados por la Organización Internacional de Técnicos de Escenografía y Teatro (OISTT, por sus siglas en inglés y francés), en Checoslovaquia y Gran Bretaña.
López Mancera desarrolló un estilo característico propio. Manejó todas las gamas de este arte, desde el tradicional decorado hasta los más actuales dispositivos escénicos, además del diseño de vestuario y utilería y los planes de iluminación. Colaboró en la realización de diseños de escenografía, vestuario o iluminación para cientos de puestas escénicas de danza, ópera y teatro por más de cuatro décadas, desde su época de estudiante de Escenografía hasta un año antes de su fallecimiento, en 1994. Su trabajo se extendió también al teatro considerado comercial.