El Porvenir de Cuitzeo

“Ejercer el Liderazgo no Significa Popularidad sino la Responsabilidad de tomar Decisiones” Colin Powell

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Dr. Rogelio Díaz Ortiz

Hoy en día ante la crisis sanitaria, económica y de seguridad que se vive en todo el mundo se “busca” con urgencia la identificación de liderazgos capaces de inspirar confianza, motivar al seguimiento de acciones que beneficien al colectivo, actúen de manera firme pero no autoritaria, sin demagogia, pedantería e incongruencia. Se busca a líderes que se encuentren más allá de una sigla, un color o ideología político partidista que le “contamine”, le haga incongruente o vulnerable. La tarea no es nada sencilla, ya que muy pocos se “atreven” a enfrentar inercias e intereses de todo tipo, en un ejercicio que por sí mismo representa tiempo y riesgos, de ahí que resurge el añejo cuestionamiento: “El líder ¿nace o se hace? Yo, afirmo que el líder surge cuando se decide a hacerlo. El tema de liderazgo me apasiona desde mi época estudiantil, he sido permanente lector y asistente a importantes conferencias, simposios, congresos y demás actividades relacionadas con el tema, he tenido la bendición de estar muy “cerca” de líderes excepcionales que sin duda han “marcado” con su ejemplo mi vida, de tal manera que me “atrevido” a compartir estas experiencias con alumnos, amigos y compañeros laborales. Por ello es que para mí hablar de liderazgo es recurrente y necesario, permanentemente invocado, cambiante, en permanente evolución y siempre un tema inacabado. Mucho se ha dicho y dirá de las características que una persona debe poseer para ubicarle como líder, su perfil reclama de seres que acepten la vocación de ser agentes de cambio eficaces y creativos, congruentes con su pensar, decir y actuar, capaces de encontrar nuevas fórmulas de solución a los retos que se presentan de manera cotidiana en un ámbito social tan complejo como el que vivimos hoy en día. El constante y creciente estrés social, laboral, político y ambiental retará su temperamento, madurez y capacidad de adaptación, estando en sus decisiones el destino de sus seguidores por lo que debe habituarse a decidir pensando en él bien común, evitando protagonismos estériles y selectividad alguna. Un buen líder sabe que trabajar y lograr metas supone también descansar, divertirse y vivir con plenitud. Le es de utilidad, pero no indispensable, altas dosis de coeficiente intelectual, pero en especial de creciente desarrollo de inteligencia emocional, genuino crecimiento espiritual y profunda vocación de servicio. De esta manera razón y emoción, actitud y aptitud, conocimientos y espiritualidad le caracterizarán bajo el concepto de liderazgo holístico. El cual, es un ejercicio cotidiano, constante, útil, diferente, enriquecedor, motivante, exitoso y trascendente. Un buen líder reconoce que la vida es algo muy valioso que bien puede desperdiciarse en cosas y acciones mediocres o invertirse en actos de grandeza interpretando que hoy ser bueno no es suficiente, sino que hay que ser el mejor. El líder está plenamente consciente que si desea alcanzar el éxito deberá dormir tarde y despertar temprano, trabajar mientras otros descansan, estudiar mientras otros se divierten, tener muchos conocidos y pocos amigos, vivir durante mucho tiempo como pocos lo hacen para después vivir lo que otros solo sueñan. El líder no intenta ser el mejor de su equipo sino trabaja para que el equipo sea el mejor. Aspira a tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho para así pensar con amor y amar con sabiduría. El líder tiene pleno conocimiento de que el triunfo no es resultado del entorno ni de las circunstancias, sino que es producto de sus decisiones, de la congruencia en su pensar, decir y hacer, valorando siempre el apoyo y trabajo de sus seguidores. Entiende que la vida es un viaje y no una competencia por lo que disfruta ver a otras personas triunfando y en todo caso imita sus cualidades para mejorarlas y evolucionar. El líder genera en él y en su equipo autoestima, fe y confianza a toda prueba por lo que el mundo no puede evitar creer también en él. Reconoce que liderazgo implica tomar decisiones, en ocasiones, impopulares que le aíslan y le alejan del reconocimiento inmediato, pero le dan solvencia al equipo y al logro de metas superiores. Finalmente, el líder aprende que lo imposible es solo falta de imaginación. Este nuevo enfoque de liderazgo es motivo de análisis, fundamento para la actualización de conceptos y teorías, representa presente y futuro, realidad y esperanza. Tal y como lo enuncie líneas arriba, el liderazgo es un proceso evolutivo que, hasta el día de hoy, tiene principio pero no fin ya que el líder debe tener siempre presente que el 10 alcanzado es el cero con el que iniciará la siguiente etapa de mejora continua. Sabe a la perfección que si algo estaba mal debe transformarlo en bien, si estaba bien hacerlo excelente y si ya era excelente hacer de este una forma permanente de vida. Como se puede concluir el liderazgo es un reto a la actitud y a la aptitud, a los sueños y acciones de todo aquel que aspire a ser reconocido como líder. ¡Hoy nos urgen líderes!, estimado amigo lector decídase a ser uno de ellos…! lo necesitamos!

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