Dr. Rogelio Díaz Ortiz
De fiesta hemos estado los universitarios nicolaítas, durante todo el presente mes, por motivo del 107° aniversario de la creación de la máxima casa de estudios en Michoacán.
Sus autoridades, comunidad académica, administrativa y estudiantil organizaron un rico, variado y versátil programa de actividades académicas, artísticas, deportivas, cívicas y culturales en gran parte de las escuelas, institutos y facultades que conforman a la Casa de Hidalgo.
Con emotivos discursos se ha evocado a Vasco de Quiroga y su emblemática participación en la creación del antecedente histórico que dio origen a la institución, el Colegio de San Nicolás Obispo, se ha recordado la formación ideológica que recibieron en sus aulas próceres como Hidalgo y Morelos; se ha resaltado la decisión del Gobernador Melchor Ocampo para reabrir el Colegio de San Nicolás, se ha reconocido al Ingeniero Pascual Ortiz Rubio, quién el 15 de octubre de 1917 promulgó el Decreto número 9, el cual fue aprobado por el Congreso del Estado, creándose la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Su escudo se porta en el corazón y se instala en la conciencia de sus egresados, representa: “Dados en armonía, bajo la sombra de la religión, unidos en lazo fraterno, hacia la luz del saber, en la paz y en la victoria, bajo la universalidad de la ciencia y la humanística”.
Propios y extraños reconocemos, que hoy en día, la Universidad Michoacana trasciende el ámbito regional recibiendo a estudiantes de otros estados del país, en su mayoría originarios de Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Veracruz y Ciudad de México. Sin menoscabo de un numero importante de escolapios que provienen de otros países.
A 107 años de su creación, es el “corazón” de la entidad, su peso específico se expresa en la economía, cultura, arte, política, deporte, investigación y desarrollo.
Caracteriza a su comunidad libre pensamiento, responsabilidad social, crítica propositiva, amor por la naturaleza e intenso liderazgo.
Hoy enfrenta retos financieros, académicos y políticos que reclaman de un auténtico ejercicio de UNIDAD EN LA DIVERSIDAD que permita la inclusión y participación de todas las voces e inteligencias.
Debe ser la Casa de Hidalgo un lugar en el que se debatan ideas que permita enriquecer la toma de decisiones, en donde la academia encuentre las mejores condiciones para su desarrollo, el espacio en donde la cultura fortalezca la formación humana, el lugar en el que la investigación trascienda para el beneficio de la sociedad.
Hoy, con una población de alrededor de sesenta mil estudiantes es una de las más numerosas del país, con la certificación de la mayoría de sus programas de estudio, con una planta docente cada vez más preparada, con presencia en diferentes puntos de la geografía estatal.
Hoy se gestiona la construcción y equipamiento de nuevos espacios en diferentes latitudes michoacanas, es la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo líder y rectora de la educación media y superior en Michoacán.
Coma toda entidad “viva”, la Universidad Nicolaita enfrenta el reto de evolucionar, dejando de lado interés particulares o protagonismos estériles, potencializando coincidencias, amor por la institución y responsabilidad histórica.
Tuve la fortuna de ser alumno en sus aulas, catedrático durante más de treinta años, dirigente sindical y parte de su cuerpo directivo, por lo que es incalculable el sentimiento de identidad, pertenencia y agradecimiento que tengo ante esta benemérita institución.
Al igual que miles de sus actuales integrantes y cientos de miles de sus egresados desde el fondo del corazón me brota el presumirme… “Orgullosamente Nicolaita”