EI Instituto Nacional del Perinatología (Inper) “Isidro Espinosa de los Reyes” cuenta con un equipo de especialistas en diferentes áreas de la medicina pediátrica como neonatología, rehabilitación y oftalmología que brinda atención integral, oportuna y de calidad desde el primer minuto de vida de niñas y niños que nacen de forma prematura, para detectar complicaciones en su salud, como parálisis cerebral o ceguera.
En entrevista, la subdirectora de Neonatología, Irma Alejandra Coronado Zarco, añadió que después de la revisión al momento del parto, las y los recién nacidos son trasladados a la clínica de seguimiento pediátrico y lactancia materna.
Coronado Zarco explicó los factores de riesgo que determinan un nacimiento antes de tiempo. La preeclamsia, caracterizada principalmente por presión arterial elevada por parte de la madre, es la principal causa que obliga a concluir la gestación antes de las 37 semanas. Otros factores de parto prematuro son las infecciones, obesidad, enfermedades crónico-degenerativas, del corazón o cáncer y rompimiento o infección de la placenta.
En el Inper 35 por ciento de los nacimientos son prematuros. En estos casos, el o la recién nacida tiene bajo peso corporal, situación que se correlaciona con problemas respiratorios debido a la inmadurez de su sistema respiratorio y en ocasiones requieren ventilación mecánica para sobrevivir. También tienen propensión a desarrollar enfermedades en la edad adulta, como hipertensión y problemas renales.
Durante el seguimiento de los embarazos de alto riesgo, el equipo de especialistas evalúa los posibles escenarios del nacimiento y se prepara el equipo de reanimación neonatal para atender la situación en la que podría nacer el bebé. Después realizan una evaluación del proceso de adaptación pulmonar y de acuerdo con el problema respiratorio que tenga, se le brinda apoyo con oxígeno, respiración artificial o medicamentos, si es necesario.
Irma Alejandra Coronado enfatizó que en las y los prematuros se debe monitorear de manera prioritaria la función cerebral para verificar que no presenten hemorragias, ya que tienen un alto riesgo de que ocurran, particularmente en las primeras semanas de vida.
Cuando las condiciones del producto son muy adversas y las posibilidades de vida son mínimas, un grupo de expertos en diferentes disciplinas revisa el caso para tomar las mejores decisiones y comunicar a la madre y padre de familia los escenarios en los que podría nacer la niña o el niño.
Si la situación es desfavorable, los esfuerzos se enfocan en brindar cuidados paliativos a la o el recién nacido y evitar, en lo posible su sufrimiento; además se otorga apoyo psicológico y facilidades a la familia para despedirse.
Desde su experiencia, para prevenir alumbramientos anticipados, la subdirectora del InPer recomendó a quienes desean embarazarse a que acudan a revisión médica para conocer sus condiciones de salud, controlar enfermedades como diabetes, obesidad, problemas cardíacos o respiratorios, de manera que la paciente se encuentre en condiciones óptimas para embarazarse.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen 15 millones de niñas y niños prematuros en el mundo (antes de que se cumplan las 37 semanas de gestación) y la cifra que va en aumento. Este organismo define la prematurez en subcategorías en función de la edad gestacional: prematurez extrema -menos de 28 semanas-, muy prematura -28 a 32 semanas- y prematurez moderada a tardía -32 a 37 semanas-.