Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Después del receso vacacional reanudamos con especial entusiasmo nuestra habitual comunicación deseándoles, desde el fondo del corazón y la luz de la inteligencia, que el nuevo año caracterice sus vidas por salud, amor, felicidad, éxito y agradables experiencias.
Ha iniciado 2022 con muchas y diversas expectativas, unas muy optimistas y otras definitivamente catastrofistas.
Tal y como es una muy añeja tradición enfrentamos la llamada “cuesta de enero” integrada por todo tipo de compromisos económicos y hasta con la “cruda” física de todos los excesos que nos permitimos durante las últimas semanas.
Ha llegado el momento el momento de enfrentar las consecuencias de la adquisición de regalos, muchos de ellos innecesarios, viajes largos y cortos, asistencia a posadas y todo tipo de reuniones sociales durante las últimas semanas.
No podemos minimizar la inversión realizada para las cenas de Navidad y Fin de Año, sin olvidar la llegada de los Reyes Magos, los efectos financieros de la volatilidad en la paridad del peso ante el dólar, aumento en el precio del gas combustible, refrendo del registro vehicular, aplicación de nuevos impuestos, la obligatoriedad del pago del denominado remplacamiento vehicular y del predial, así como el uso incontrolado de la tarjeta de crédito y todo lo que usted quiera agregar.
Consecuencia de todo lo anterior se expresará en largas filas para acceder al Monte de Piedad, Casas de Empeño, Cajas de Ahorro y visita a los familiares “ricos” en la búsqueda de una solución que evite “caer” al buró de crédito o comprometer, desde ahora, el salario del año que recién inicia.
Mención especial merece el seguir enfrentando con total responsabilidad la pandemia y sus consecuencias en la salud, economía, seguridad y ánimo.
Los escolapios y docentes volverán al modelo educativo “presencial” sin que se olvide el uso de la tecnología como herramienta fundamental para ofrecer alternativas hibrida o totalmente virtual.
Se espera que los titulares del ejecutivo federal, estatal y municipal actúen con liderazgo y congruencia, eficiencia y eficacia, autoridad y conocimiento del efecto de sus decisiones y acciones.
Todos deseamos que 2022 sea un año de éxitos y logros para los tres niveles de gobierno ya que ello tendría como consecuencia el bienestar y satisfacción de la sociedad.
Los ciudadanos en lo general, esperamos con renovada esperanza mejoría en los servicios públicos, seguridad, transparencia y rendición de cuentas de los recursos administrados por los tres niveles de gobierno.
Otros más, deseamos tener la disciplina necesaria para enfrentar el reto de disminuir los gramos o kilos que hoy forman parte de nuestra anatomía como consecuencia de opíparas cenas, deliciosos postres, espirituosas bebidas y nula actividad física, aunque claro con el propósito de, ahora sí, acudir al gimnasio, realizar ejercicio y ponernos a dieta.
Por supuesto, debemos tener total conciencia que si continuamos actuando como lo hicimos en el 2021 el resultado será el mismo.
Si deseamos resultados diferentes deberemos pensar, decir y actuar diferente, el simple cambio de año por sí mismo, no generará alteración alguna en nuestra cotidianidad.
2022 ha iniciado con retos y oportunidades, pensar, construir y provocar el futuro deseado será la diferencia entre decir y hacer, gozo y sufrimiento, éxito y fracaso.
Estimado lector en usted está la decisión.