El Porvenir de Cuitzeo

“Amor con amor se paga” Sabiduría Popular

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Dr. Rogelio Díaz Ortiz 

En el preámbulo de los festejos por el “Día del amor y la amistad”, “bombardeado” por la mercadotecnia, el fallecimiento reciente de mis amigos Pablo Alarcón Chaires y Luis Arnulfo García Mena he reflexionado sobre ¿Cómo expresar mi gratitud a la vida?, ¿Cómo decirles a mis amigos cuan importantes son? ¿Cómo manifestarle a mi familia lo mucho que los amo y lo difícil que me resulta, casi siempre, decírselos?

La primera conclusión es: tener AMIGOS es una bendición que el creador nos otorga para que tengamos a nuestro lado seres que se solidarizan con nuestra pena, son felices con nuestras alegrías, consejeros críticos pero propositivos, aliados en nuestros planes y proyectos, bastión afectivo que potencializa nuestros logros.

Nuestros AMIGOS representan una “segunda familia” elegida libremente por nosotros, quizá por que nos complementamos o identificamos con sus cualidades, son seres que siempre están presentes cuando les requerimos, nos aceptan con todas nuestras debilidades y defectos, son “ángeles” que siempre se quedan cuando los demás se han marchado.

Más allá de la mercadotecnia que nos invita a manifestar nuestra amistad con regalos materiales el 14 de febrero es un magnifico pretexto para de manera objetiva dar una cernida al árbol de los afectos para identificar y valorar a quienes les podemos decir AMIGOS para sin cortapisas ni protocolo alguno hacerles una visita, darles un abrazo y agradecer que formen parte de nuestra vida.

Si la distancia, la pandemia o cualquier otra circunstancia nos impide hacerlo de manera personal tenemos la posibilidad de hacer uso de la tecnología para comunicarnos con ellos, por más lejos que se encuentren, sincronizar nuestras emociones, expresarles nuestro afecto e identidad, agregando eslabones de cariño, mutuo reconocimiento y páginas al libro de nuestra amistad.

Es común que consideremos que nuestros afectos siempre están y estarán para el momento que decidamos acudir a ellos, pero eso se encuentra muy alejado de la realidad.

No debemos postergar ninguna manifestación de cariño y amor a quienes nos rodean, de manera especial a nuestros amigos y familiares ya que mañana pudieran ya no estar y nos lamentaríamos el resto de nuestras vidas.

No olvidar el valor estratégico que posee el “mantenimientopermanente a los afectos.

Una llamada, un saludo, una entrevista, una sonrisa, un abrazo, una visita sin aparente motivo siempre generará energía y saldo positivo en nuestros sentimientos y emociones.

No esta, de más recordar que la AMISTAD estará siempre sana si desechamos en nuestro pensar, decir y actuar acciones que generan controversia, división o polémica.

Siempre será importante magnificar coincidencias y diluir cualquier aparente “diferencia”, haciendo del dialogo y comunicación efectiva las herramientas estratégicas que revitalizan el respeto, aprecio, confianza y credibilidad en el que se fundamenta la amistad.

También el “Día de San Valentín” se festeja el AMOR, sentimiento difícil de definir ya que cada individuo posee su propio concepto, aunque la mayoría coincide en afirmar que parte del respeto, aceptación sin condición y “mirando siempre en la misma dirección”.

Por supuesto, el amor se diversifica para expresarse en favor de Dios, la vida, el entorno, la familia, el trabajo y como “cereza del pastel” hacia el ser al que consideramos nuestro complemento, motivación, razón de vida, cómplice perfecto, compañero, “pareja”, amante, esposo (a) o bajo la denominación que nos permita ubicarle como el recipiendario máximo de nuestros sentimientos.

En fin, el 14 de febrero es una fecha especial que nos “humaniza” al reconocer que “necesitamos” del amor y la amistad como “combustibles” necesarios para estar sanos, hacer de lo ordinario algo extraordinario, de lo imposible algo realizable y del tiempo significativos momentos para vivir y trascender.

Finalmente les expreso a nuestros lectores y escuchas, a mi familia y amigos mi gratitud por su paciencia y tolerancia con mis muchas imperfecciones.

Reconozco en todos ellos un tesoro que merecido o no me ha otorgado el Creador y que me ocuparé en cuidarle con responsabilidad y pasión hasta el último aliento en este plano físico y de ser posible siempre en cualquier lugar en el que me encuentre.

Desde el fondo del corazón deseo a quienes me leen o escuchan que este “Día de San Valentín” sea inolvidable y satisfactorio.

Deseo para todos, como siempre, que sean inmensamente felices…

¡!!Gracias todos por existir!!!

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