Esta es la historia de un hombre que se encuentra con tres payasos que lo invitan a recorrer las atracciones de una feria abandonada. En su trayecto, irá reviviendo episodios de su infancia, trastocados de manera delirante, en un espacio perdido entre el sueño y la memoria. Enfrentar el recuerdo de un trauma olvidado será la clave que lo ayudará a escapar de la pesadilla.
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Teatro y las compañías Conejillos de Indias y Sempiterno Theatrum, presentan Algodón de azúcar, con dramaturgia y dirección de Gabriela Ochoa. Esta obra cuenta con las actuaciones de Alejandro Morales, Romina Coccio, Carolina Garibay, Miguel Romero y Francisco Mena, con la interpretación de música en vivo por parte de Paco Castañeda o Misha Marks.
Su temporada sucederá del 22 de abril al 11 de junio, lunes y martes a las 20:00 h en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky del Centro Cultural del Bosque.
En entrevista, la dramaturga y directora, Gabriela Ochoa comparte: “Este trabajo es un viaje onírico que raya en lo macabro. La obra trata sobre la relación de un adulto con su propia infancia, una etapa compleja que marcó su actitud ante la vida, un lugar de claroscuros en el que era vulnerable pero temerario y auténtico, con experiencias tanto felices como dolorosas. El protagonista se reencuentra con su pasado para desenterrar un recuerdo olvidado que lo había acompañado silenciosamente toda su vida, nublando su existencia”.
Esta puesta en escena explora las relaciones de personas adultas con vivencias de su infancia y que en muchos casos significó una etapa compleja en la que se definieron sus personalidades y actitudes ante la vida. Este proyecto intenta ser una contribución a la toma de conciencia y al reconocimiento de ciertos problemas que siguen siendo tabúes en la sociedad.
“Algodón de azúcar pone énfasis en los procesos psicológico y emocional internos de la víctima, que pasa de la negación al reconocimiento y aceptación del trauma, para finalmente poder hacer una denuncia pública, en este caso en el seno de la familia, que es el primer sistema en donde estos actos se ocultan y con ello se perpetúan”, señala la directora.
El diseño de escenografía es de Félix Arroyo, el diseño de iluminación de Ángel Ancona, la música original y diseño sonoro de Genaro Ochoa, el diseño de vestuario de Giselle Sandiel, el diseño de máscaras a cargo de Felipe Lara y el diseño de maquillaje de Maricela Estrada.