Entre hilos, bobinas, urdimbres, bastidores y lanzaderas, y danzando entre hilos, viendo nacer hermosas prendas de lana decoradas con grecas, aves y paisajes, así creció el joven artesano Rodrigo Hernández García, heredero de las técnicas y saberes artesanales transmitidos por sus padres, quienes se dedican a la elaboración, conservación, preservación y difusión del arte textil de San Pablo Villa de Mitla, Oaxaca, en el taller Cocijo Artesanía Textil.
De tan solo 22 años, Rodrigo ya posee, entre otros premios, el primer lugar del XI Concurso Nacional de Textiles y Rebozo 2023 en la categoría de Mantelería, blancos, bolsas, morrales y carpetas con su pieza titulada Cacao y maíz: elementos de la vida en el pueblo de la muerte, que corresponde a un centro de mesa de algodón tejido en telar de cintura, labrado en urdimbre con escobillas y teñido con tintes naturales como son grana cochinilla y añil; con iconografía de jazmines, grecas y montañas.
La familia Hernández García está integrada por Liliana, Margarita y Rodrigo, los tres involucrados directamente en el Taller Cocijo Artesanía Textil, empresa en la que cada uno aplica sus conocimientos derivados de sus estudios de Gestión, Diseño de Modas y Diseño Artesanal, respectivamente, además de Rodrigo Hernández Quero (papá) y Reina García (mamá), aprendices en su momento de sus ancestros.
“Es una larga historia familiar de siete generaciones, porque haciendo memoria podemos ver que durante siglos la producción textil en Mitla descansó en el telar de cintura, heredado de las antiguas culturas mesoamericanas. En 1940, con la introducción del telar de pedal, la producción se masificó. A partir de entonces Mitla se convirtió en uno de los centros productores de textiles más importantes de los Valles Centrales de Oaxaca”, destaca Rodrigo con esa seguridad que le ha dado el estudio, pues resalta que una de sus materias fuertes es la historia mesoamericana.
El joven artesano recuerda entrañablemente como transcurrió su vida entre juegos y aprendizajes, entre la fantasía y la responsabilidad; el ejemplo, disciplina y enseñanza siempre estuvieron presentes a través de sus padres Reina y Rodrigo, quienes le enseñaron desde los ocho años la técnica del telar de cintura, a los 10, el telar de pedal: “Lo aprendí a esta edad porque más chico no alcanzaba los pedales y no tenía el peso que se requiere para poder pedalear”, resalta entre risas el entrevistado.
También domina el bordado, que aprendió a los 15 años y el tejido de gancho que aprendió a los 17. El dominio de estas técnicas, la innovación forjada por su familia y el perfeccionamiento que ha adquirido en su corta edad, sin dejar de lado su creatividad innata, es la suma de elementos que lo han llevado a obtener varios premios como el primer lugar en el Concurso Estatal de Nacimientos Oaxaqueños, en la categoría de textiles de algodón, lana y seda; que obtuvo en el 2021.
Actualmente se encuentra en el proceso de titulación de la carrera de Diseño Artesanal, la cual estudió en la Escuela Libre de Arte y Diseño (LAD), por lo que comenta que hará una pausa de su participación en concursos, ya que ocupará la mayor parte del tiempo en concluir sus estudios.
El taller de Cocijo Artesanía Textil es una muestra de la tradición y la herencia de las y los artesanos de San Pablo Villa de Mitla, esta familia ha preservado las técnicas tradicionales del telar de pedal y ahora mediante un rescate de la iconografía de la vestimenta tradicional; hereda a sus hijas e hijo la técnica del telar de cintura, elaborando prendas hiladas con la tradición de un pueblo y la innovación de su creatividad, generando con ello un espacio donde convergen los valores familiares e historia de una comunidad