El Porvenir de Cuitzeo

“Nuestra madre tierra nos habla” voz popular

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Dr. Rogelio Díaz Ortiz

En plena temporada de lluvias y huracanes se vive en todo el país contrastantes efectos del cambio climático ya que en el norte predomina la sequia y el calor, en tanto que en el sur los ríos se desbordan, la humedad predomina, sin faltar algún momento nublado e incluso algunos esbozos de lluvia, para concluir con momentos de frío.

Recuerdo con cierta nostalgia, que durante mi infancia y juventud era muy fácil la identificación de las temporadas climáticas, de tal manera que los agricultores tomaban acciones pertinentes para sembrar en el momento oportuno, esperar las lluvias y posteriormente cosechar sus productos.

En mi ejercicio profesional como Médico tenía plena conciencia del predominio de ciertas enfermedades en función de la temporada de calor, lluvia o frío, pero hoy todo esto ha cambiado ya que en un mismo día y en cualquier época del año se presentan juntos momentos que conjugan todas las temporadas climáticas del año.

A principios del presente siglo se alzaron las voces de diferentes especialistas por todo el mundo, de manera local la de mi amigo Carlos Padilla Massieu para alertarnos sobre el riesgo planetario por el calentamiento global, la creciente contaminación de la naturaleza y la cada vez más próxima escasez de agua.

Para muchos todas estas advertencias la interpretaron como una visión catastrofista y muy lejana, pero estaban equivocados.

No ha tenido que pasar mucho tiempo para “sufrir” las consecuencias de la irresponsabilidad con la que se trata al medio ambiente.

El calentamiento global ha dejado de ser anuncio y discurso para expresarse con creciente virulencia en sutil consecuencia a la emisión de contaminantes al medio ambiente, creciente deforestación,
generación de basura, contaminación de mantos acuíferos y del aire.

Lo anterior, se ha convertido en escenario propicio para el aumento de enfermedades de la piel, los ojos, las vías respiratorias y el aparato gastrointestinal.

La falta de agua en el Estado de Nuevo León a prendido las alarmas por todo el país e iniciado un delicado enfrentamiento por los derechos al vital liquido, la aparición de “convenios” económicos entre Estados
y el rechazo contundente de algunos para evitar que el agua sea utilizada más allá de su territorio geográfico.

Pero ahí no termina el problema, realmente comienza, porque si somos observadores, notaremos que los cambios en la temperatura traen a su vez, cambios en los diferentes hábitats y ecosistemas.

Compete al gobierno y la sociedad realizar acciones conjuntas de responsabilidad ambiental que reviertan el daño existente.

No se puede postergar más el actuar para evitar que el daño sea más grave
y permanente.

La actual discusión que el Gobierno de México tiene ante Estados Unidos y Canadá respecto a la inversión en la generación de energía es de pronóstico reservado.

Debemos iniciar hoy con acciones sencillas pero permanentes en el uso racional del agua, utilización de energía limpia o alternativa, separación de la basura, abandono al uso de aerosoles, fertilizantes e insecticidas plenamente identificados por el daño que provocan al medio ambiente.

Se debe realizar la siembra de árboles nativos en su región, impedir el cambio del uso del suelo sin estricto control ambiental, mejorar el transporte público y la construcción de ciclovías que motiven cambiar el automóvil por la bicicleta.

Se acaba de anunciar la posibilidad de contar con METROBUS como transporte en la capital michoacana y de inmediato los concesionarios de transporte publico han manifestado su inquietud e incluso rechazo.

El diseño de las ciudades del futuro debe iniciarse sin excesos ni medidas autoritarias sino con plena conciencia colectiva que permita su adopción por todos quienes habitamos el planeta.

Es necesario fortalecer en los hogares y en las aulas, de todos los niveles educativos, la enseñanza de acciones que mejoren el medio ambiente, propicie la convivencia de modernidad con sustentabilidad y motiven investigación e innovación en materia energético – ambiental.

¡Es estratégico y urgente que pasemos del pensamiento, la preocupación y el discurso al contundente escenario de la acción!

En nosotros esta vivir con calidad en él presente legando un futuro sustentable a nuestros hijos y nietos.

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