Desde hace más de una década, Oscar Benlloset Sánchez García, artesano de Metepec, Estado de México, trabaja para crear piezas pirotécnicas de valor artesanal, que permitan preservar esta práctica y consagrarlas como una forma de arte nacional.
En entrevista, el artesano que desarrolla su labor en el barrio del Espíritu Santo en Metepec comenta que a pesar de que la creación de las piezas pirotécnicas, comúnmente conocidas como toritos o Judas, se ve como un elemento más de las fiestas de Semana Santa, por sí mismas contienen una gran carga tradicional.
“No hay Semana Santa sin la quema del Judas, y aunque se quema en un instante, el proceso de elaboración artesanal que hay detrás es sumamente importante, pues contiene muchos elementos de las regiones donde se desarrolla. Con eso en mente es que, desde adolescente, cuando comencé en la creación de estas artesanías, pensé que debía meterle mucha más imaginación y nuevas técnicas para que estos ‘diablos’ se apreciaran como verdaderas obras de arte”, comenta.
Desde entonces, el artesano se ha dedicado a la creación de piezas que continúen con la tradición, pero que al mismo tiempo den una visión moderna y con conceptos actuales que atraigan a las y los espectadores.
“Por ejemplo, ahora con el tema de la COVID-19, el año pasado hice un demonio de más de tres metros de altura, estaba cargando a otro demonio que tenía la cabeza en forma del virus; en 2017 hice una pieza titulada Con el precio de las gasolinas nos va llevar el diablo, que tocaba esta temática que nos preocupa a todos, y así voy creando piezas que hablen de problemáticas que nos afectan y pues como se trata del ‘diablo’ que se va a quemar; la gente celebra cuando esto ocurre”, dice el artista.
Oscar Benlloset Sánchez señala que desde que comenzó con estas originales piezas, su intención fue crear un Judas que trascendiera en estética, sin perder los elementos tradicionales como la confección manual del carrizo y el papel, pero de tal manera que fuera elegido para permanecer en un museo.
“Por eso llevo años concursando con ellas en el Museo Taller Luis Nishizawa. En el 2009 participé con mi primera pieza titulada El diablo que no debió nacer, no gané ni un lugar, pero seguí participando cada año hasta que en 2011 le pegué a mi primer lugar con la obra titulada El diablo venenoso; luego en 2015 gané otro primer lugar con una pieza que llamé El transportador del diablo, la cual se consideró tan original que no se quemó y hoy permanece en el Museo de Artes Populares de Zinacantepec”, señala Sánchez García.
Para lograr estas piezas, el creador originario dedica más de dos meses de trabajo antes de que los Judas sean quemados en las fiestas de Semana Santa.
“Me llevó dos meses hacer una pieza, y que en un momento, en cuestión de minutos se pierde, es complicado, pero hay que entender que es parte de la esencia de este tipo de artesanías”, comenta.
El artista ha elaborado obras que se han expuesto en diversos Festivales del Día de Muertos en Metepec, en el Museo Taller Luis Nishizawa, en el Centro Cultural Mexiquense, en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, entre otros.