El Porvenir de Cuitzeo

“La primavera llega para recordarnos que se puede florecer y comenzar de nuevo después de haber soportado muchas tormentas” Voz popular

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Dr. Rogelio Díaz Ortiz

Se aproxima el fin del tercer mes del 2022 y paradójicamente acaba de iniciar la primavera. Es esta época del año oportunidad para cargarnos de la “mágica energía” que reverdece los campos, llena de hojas los árboles y de flores los jardines.

Es tiempo también de realizar “una primera revisión” a la medición del resultado que hemos alcanzado en el cumplimiento de nuestros propósitos para el 2022, de revisar por qué sí o porque no se cumplieron las metas enlistadas en los primeros minutos del año.

¿Funciono la rutina en el gimnasio?,¿Valió la pena cumplir la dieta?,

¿Al mejorar mi actitud mejoraron mis resultados en la escuela o el trabajo?, ¿Cuántos de mis familiares, amigos o conocidos partieron con rumbo al firmamento?, ¿Soy mejor ser humano?, etc.

Estoy seguro que encontraremos que intenciones no han faltado, acciones para cumplirlas tampoco, pero que nos ha faltado orden para sistematizarlas y hacerles parte de nuestra cotidianidad.

Por ello considero que ser ordenado, tanto en la vida personal como en la escuela o el trabajo, es estratégico y vital para avanzar con certidumbre en el presente y esperanza en el futuro.

Estoy convencido que el orden es un maravilloso hábito ya que nos permite mejorar nuestra productividad, eficacia y eficiencia, desde lo más cotidiano hasta la más compleja de las tareas, nos permite optimizar tiempo, esfuerzo, recursos y movimientos.

El orden al igual que otros hábitos requieren de aplicación y “mantenimiento” ya que no se consigue por decreto ni moda sino reclama disciplina y constancia para incorporarlo como parte de nuestra vida.

Existen personas a las que el orden se les facilita más que otras, como ejemplo de lo anterior, quienes se “ostentan” como visuales suelen ser innatamente ordenados, toda su existencia se encuentra normada por colores, texturas y tamaños teniendo la habilidad de mantener sus libreros, escritorio y habitación en armonía y equilibrio que sorprenden.

El orden no funciona solo como intención, sino como una forma de vida que se caracteriza por saber utilizar en tiempo y forma objetos, emociones e incluso acciones.

Poner orden en nuestra vida implica un ejercicio auténtico de jerarquías para otorgarle valor a una adecuada distribución del día a día, de saber decir NO cuando enfrentamos dificultades horarias para establecer una cita, una consulta o cualquier actividad que implique un compromiso con terceros.

De igual manera, es necesario aprender a deshacerse de todo aquello que no utilizamos pero que “atesoramos” por si algún día lo necesitamos, sin importar si es caro o barato, se encuentra en perfectas condiciones o incluso se encuentra descompuesto.

Enfrentarnos con la decisión de ordenar nuestro closet o escritorio suele ser un ejercicio catártico que inicia al cuestionarnos sobre la utilidad de cada uno de los elementos que ahí se encuentran.

Es común escuchar el reclamo de quienes se sienten agredidos cuando, sin preguntarles, alguien limpio su recamara, closet, escritorio u oficina “tomándose” la libertad de modificar su “desorden organizado”.

Poner orden significa poner en armonía “querer” y “poder”, dando un valor especial a intenciones e incluso sentimientos y emociones, documentos, ropa, zapatos, artículos deportivos, muebles, correspondencia e insumos de todo tipo, añejos o nuevos bajo la premisa muy personal de preferencia.

Las agendas impresas y digitales, los “recordatorios” de todo tipo ayudan a poner orden al tiempo, en tanto que hacer programas de “rutina” para limpieza y poner cada cosa en su lugar será un excelente aliado para que este importante proyecto de vida deje de ser aspiración y enunciado para convertirse en realidad.

Bien valdría la pena aprovechar los días que restan al 2022 para hacer la prueba respecto a la utilidad de incorporar el orden como parte de nuestra cotidianidad.

Estimado lector le invito a vivir con plenitud cada segundo del día, a disfrutar de todo cuanto le rodea, a encontrar enseñanza en toda experiencia y a paladear con alegría el regalo de estar vivo.

Estoy seguro que si lo hace con orden será más significativo, por favor,

no olvide disfrutar de la ¡primavera de su vida!

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