El Porvenir de Cuitzeo

La Escuela Nacional de Danza Folklórica del INBAL, referente en el panorama artístico y educativo

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La Escuela Nacional de Danza Folklórica (ENDF), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), fue creada en 1978 como parte del Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza, iniciativa de la que surgieron también otros planteles que forman parte del Instituto, y que celebra este aniversario en forma virtual en el marco de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

En palabras de Salvador Vázquez Araujo –entonces director de Danza del INBAL–, contenidas en un texto sobre el inicio de operaciones de la ENDF, señaló: “Para crear una danza contemporánea con características nacionales debía contarse con investigaciones profundas acerca de los contenidos de la tradición cultural. Por ello, esta escuela aporta contenidos para ser usados en creaciones coreográficas que se nutran de la esencia de la raigambre mexicana”.

Así, algunas de las acciones que ha realizado la ENDF han mantenido este enfoque, mientras otras se han adecuado a las necesidades socioculturales y educativas en los distintos momentos de la existencia de la institución.

El devenir de este centro de estudios y de la práctica profesional de la danza folclórica se entrelaza desde sus orígenes con Marcelo Torreblanca, Luis Felipe Obregón, Emma Duarte, Xóchitl Medina, Noemí Marín, Josefina Lavalle, Evelia Beristáin, Encarnación Martínez y Yolanda Fuentes, entre otras personalidades, quienes crearon las bases educativas y artísticas de la enseñanza de la danza tradicional mexicana y son pilares fundacionales sobre los que se construye su historia.

Los acontecimientos gestados al interior de la escuela han sido parteaguas en la evolución de los procesos de enseñanza, sensibilización, estudio y difusión de la danza y la música tradicionales mexicanas en sus regiones culturales, con las prácticas de campo y los cursos como parte de la herencia de sus diversas etapas educativas y procesos creativos que han derivado en distintas etapas de escenificación de la danza tradicional y de los géneros dancísticos del país.

Al convertirse la escuela en referente obligado en el panorama artístico y educativo de la danza tradicional mexicana, se acercó a las perspectivas de la coreología inglesa encabezada por Valerie Preston-Dunlop, discípula de Rudolf Laban, por lo cual se integró, desde una línea interdisciplinaria, la visión de Laban con los estudios de otras disciplinas humanas, como la antropología, la filosofía, la hermenéutica y la fenomenología, para obtener información actual relacionada con los resultados y ajustes que tendrían que hacerse a los planes y programas establecidos hasta ese momento.

Los diferentes planes de estudio desarrollados a lo largo de más de cuatro décadas han hecho aportaciones importantes al desarrollo y la formación de bailarinas y bailarines profesionales de diversas generaciones egresadas de la ENDF.

Los estudios que se ofrecían en el primer plan, de 1978, tenían una duración de seis años. A la par de la especialización dancística, se cursaban la educación secundaria y el bachillerato. En este programa se buscaba formar profesionistas con diversas habilidades psicomotrices comprometidos con el estudio a fondo de la multiplicidad de la cultura mexicana a través de la danza.

En el segundo plan de estudios, vigente de 1984 a 1994, se diversificaron los tipos de actividades que podían desempeñar las y los profesionales de la danza folclórica, como la investigación y la docencia.

Para el tercer plan (1994-2006) se observó una reducción en la duración de los estudios de la carrera de seis a tres años, ubicada en el nivel medio superior con el bachillerato integrado.

El cuarto plan de estudios, en operación de 2006 a 2018, corresponde a la primera oferta de licenciatura en Danza Folklórica, producto de una necesidad urgente de crear una nueva currícula para el nivel de educación superior basada en el modelo por competencias.

El más reciente plan, presentado en 2017, se desprende de la reestructuración del programa de licenciatura en Danza Folklórica, el cual en la actualidad es el documento académico rector que se enfoca al estudio y la enseñanza del patrimonio inmaterial dancístico de México, de tal forma que reconoce en la memoria cultural y las tradiciones la consolidación de la danza folclórica como una expresión artística que contribuye significativamente al desarrollo cultural del país.

La celebración del 43 aniversario de la ENDF es trascendental debido a que enfrenta un nuevo reto académico, artístico y educativo en su compromiso con los procesos derivados e inherentes del estudio, la difusión, la escenificación y la comunicación social de la danza tradicional y folclórica mexicana, ya que la obligada separación física entre estudiantes y docentes de sus centros educativos a causa de la actual contingencia sanitaria ha impedido que se den las necesarias y fructíferas interacciones en el mismo espacio y tiempo de los procesos de enseñanza y aprendizaje en la educación dancística.

El reto es tomar lo mejor de las tecnologías para integrarlas tanto en los procesos de enseñanza como en los artísticos y no en un uso instrumental pasivo, sino darles un empleo estratégico, metodológico y eficiente para seguir contribuyendo a  la formación de más generaciones, así como para mantener en la vanguardia a la ENDF y su compromiso social con las artes en México.

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