Bajo la batuta de Antoni Ros-Marbà, director huésped, la Orquesta Sinfónica Nacional ofrece un programa con dos piezas favoritas de las salas de conciertos: la Sinfonía No. 5, de Piotr Illich Tchaikovsky y Rapsodia sobre un tema de Paganini, de Serguei Rachmaninov, con la participación solista del pianista italiano Alessio Bax.
El concierto se podrá disfrutar el viernes 6 de agosto a las 20:00 horas, en el marco de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del canal oficial de YouTube del INBAL (https://www.youtube.com/bellasartesmex) y las cuentas de Facebook del Instituto y de la OSN (/INBAmx y /osn.bellasartes.gob.mx, respectivamente).
La Rapsodia sobre un tema de Paganini es la última obra concertante que escribió Rachmaninov, con una serie de 24 variaciones sobre el famoso Capricho No. 24, Op 1, de Niccolò Paganini, quien ha inspirado también a muchos otros autores. Fue el propio compositor quien estrenó su obra el 7 de noviembre de 1934 con la Orquesta de Filadelfia, bajo la batuta de Leopold Stokowski. Debido a su gran éxito, quedó incorporada al repertorio sinfónico internacional.
El piano como instrumento solista conduce a quien escucha por la más amplia gama de emociones, desde el humor, el entusiasmo y la sorpresa, hasta la comprensión dramática de la soledad humana, el misterio y la solemnidad, todo ello envuelto en una orquestación soberbia que hace de esta obra una de las cumbres de la producción de Rachmaninov.
El músico invitado para interpretar la Rapsodia sobre un tema de Paganini es Alessio Bax, aclamado por la crítica internacional como “un pianista de profundidad refrescante” por su deslumbrante técnica y su genial interpretación de la música de Serguei Rachmaninov.
Graduado con los máximos honores a los 14 años en el Conservatorio de Bari, su ciudad natal en Italia, donde estudió con Angela Montemurro, Bax continuó estudios en Francia con François-Joël Thiollier y luego en la Accademia Musicale Chigiana de Siena, donde se vinculó con Joaquín Achúcarro, a quien siguió a la Escuela de Artes de Meadows en Dallas, Texas, para continuar bajo su tutela.
En cuanto a la Sinfonía No. 5, de Tchaikovsky, fue estrenada en San Petersburgo en noviembre de 1888. Poco después se presentó en Praga. Los críticos volcaron su ira en contra de esta obra. Quizás el más feroz fue el propio compositor, quien escribió a su benefactora, Nadezhda von Meck: “He llegado a la conclusión de que mi Quinta sinfonía es un fracaso. Hay algo repelente, superfluo, irregular y poco sincero, y el público lo reconoce instintivamente. Fue obvio para mí que las ovaciones que recibí fueron debidas a mis anteriores obras y que la sinfonía no agradó realmente”.
El paso del tiempo probó que esta vez Tchaikovsky se equivocaba. Muchos analistas han comparado esta obra con la Quinta Sinfonía, de Ludwig van Beethoven, por el hecho de que en ambas es perceptible el mismo concepto estético y humano de la victoria a través de la lucha.
El director huésped Antoni Ros-Marbà es originario de Barcelona, España; ingresó al Conservatorio Superior de Música, donde aprendió dirección orquestal con Eduard Toldrà. Con Sergiu Celibidache estudió en la Accademia Musicale Chigiana y con Jean Martinon en Düsseldorf. En 1966 fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica de RTVE en Madrid y, posteriormente, director musical de la Orquesta Nacional de España.
En 1978 fue invitado por Herbert von Karajan a debutar con la Orquesta Filarmónica de Berlín. Ha colaborado también con las más importantes agrupaciones sinfónicas de Francia, Inglaterra, Suiza, Italia, Alemania, Escandinavia y en los principales centros musicales de América y Japón. Ha sido profesor y director titular de la Cátedra de Orquesta de Cámara Freixenet de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid.