Por sus contribuciones a la protección, difusión y enaltecimiento de la cultura alimentaria de México por medio de la cocina tradicional, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU), en colaboración con la Secretaría de Economía, premió a las ganadoras en las categorías Individual y Colectiva y otorgó menciones honoríficas del Concurso Gastronómico “¿A qué sabe la Patria?”, el cual se llevó a cabo en el marco de las conmemoraciones emblemáticas que organiza el Gobierno de México para recordar los eventos relacionados a los 200 años de la Consumación de la Independencia, 500 años de Resistencia Indígena, y 7 siglos de historia de México-Tenochtitlan.
En el salón Adolfo López Mateos del Complejo Cultural Los Pinos se llevó a cabo la ceremonia de premiación, encabezada por la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, quien celebró la entusiasta y nutrida participación en el concurso, el cual estuvo abierto a toda la población. Fueron, dijo, casi 700 participantes, principalmente mujeres y grupos indígenas; se recibieron recetas en 18 lenguas originarias.
“Ahí se prepara nuestra cultura alimentaria, ahí está la civilización viva que ha persistido 500 años, por eso las conmemoraciones de este año tenían que ser un pretexto para invitarnos alrededor de los fogones, de comales, metates y molcajetes, para reconocer lo que somos, una gran nación cultural, una potencia cultural”; por ello, anunció, este concurso será anual.
Recordó que la riqueza de la cocina mexicana también tendrá un nuevo lugar para su difusión y promoción, se trata del Cencalli, la casa del maíz y la cultura alimentaria, espacio ubicado en el Complejo Cultural Los Pinos que abrirá sus puertas en septiembre próximo.
“La cultura alimentaria sigue viva como nuestra mayor fuerza; las 68 lenguas de México con sus 364 variantes siguen vivas como nuestra mayor fuerza”, y enfatizó que al evitar que desaparezca una lengua más, una receta tradicional más, tendremos un país con mayor riqueza y soberanía.
Comentó también que le solicitará al Fondo de Cultura Económica que se edite en conjunto un recetario en el que se concentren las recetas seleccionadas en el concurso “¿A qué sabe la Patria?”.
Al hacer uso de la palabra, el coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México, Eduardo Villegas Megías, afirmó que esta administración coloca en el centro de sus acciones aquello que antes se consideraba marginal, y es así que este certamen recupera la memoria colectiva e individual de la cultura alimentaria.
“Una de las sensaciones que nos dicen ‘soy lo que soy’ es el sabor y el olor de lo que consumimos, de lo que nos permite mantener la vida, eso es la comida. No es solamente un instrumento para permanecer vivos, sino lo que nos marca de forma extraordinaria”, comentó.
En esta ceremonia, María Teresa Solís López, del municipio de Ixtenco, Tlaxcala, recibió el reconocimiento como ganadora en la Categoría individual, gracias a la receta “Atole de maíz morado”. Mientras que en la Categoría colectiva, el reconocimiento fue para la receta “Xincoyote relleno de escamoles y flor de palma en hoja de maíz”, del Colectivo otomí de Cocina Tradicional del municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo, integrado por las cocineras Porfiria Rodríguez Cadena, Martha Gómez Aguilar, Claudia Hernández Ángeles y Cecilia Aldana Mayorga, representante del grupo.
En representación del colectivo ganador, Porfiria Rodríguez Cadena afirmó que es un honor y un compromiso el que la votación haya favorecido a su platillo y que este represente al estado de Hidalgo, a su municipio, Santiago de Anaya, y a su gastronomía.
“Lo que representamos fue una comida que en aquellos tiempos decían que era la comida del pobre, y quizás sí, porque no había para comprar carne. Nuestros padres salían a cazar, traían a casa conejos, ardillas, xincoyotes; sobre el rescoldo de la lumbre asaban a los animalitos y solo se acompañaba de sal y unas gorditas hechas a mano; eso era nuestra comida. Hoy quisimos rescatar esto porque se está perdiendo, es algo ancestral, habla mucho de nosotros, lo llevamos en la sangre; lo presentamos a ustedes porque con eso crecimos y para nosotros es un orgullo”.
A su vez, María Teresa Solís, ganadora en la Categoría Individual, recordó que en Ixtenco, Tlaxcala, se encuentra al oriente del volcán de la Malintzin, “región muy rica en minerales, que nos provee de maíces de colores impresionantes”.
Explicó que antiguamente este atole solo se bebía en conmemoraciones religiosas, pero ahora es común encontrarlo en cualquier momento; para su producción se buscan granos de maíz de color oscuro, por lo que en su pueblo se han especializado para producir este tipo. “Ixtenco viene de tres vocablos otomíes y quiere decir ‘atole agrio en festividad’. Yo digo que por las venas de los ixtenguenses no corre sangre sino atole morado, porque siempre lo estamos tomando”, agregó.
Por su parte, el director general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, Mardonio Carballo Manuel, comentó que la respuesta al concurso “¿A qué sabe la Patria?” es tan diversa que tendríamos que hablar de sus ingredientes, y de estos, los más importantes quizá son las lenguas que la habitan.
“La patria sabe a humo, a nostalgia y a la memoria que define qué puede comerse, qué puede beberse, cuánto dura su ingesta y cuándo se ingiere; aquella memoria que nos recuerda que al maíz se le canta, se le baila y se le pide; porque mientras crece puede ser hombre, mujer, pero siempre es dios”.
En su oportunidad, Clicerio Coello Garcés, como representante del coordinador de la Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos de México, Zoé Robledo Aburto, reconoció la importancia de este concurso para mostrar en el año 2021, “Año la Independencia y la Grandeza de México”, la diversidad gastronómica del país.
“Aplaudimos esta gran iniciativa; felicitamos a los participantes que han representado al México vivo, con sus sabores y tradiciones aquí en este Complejo Cultural Los Pinos, que ahora es la casa de la cultura del pueblo de México. Esta casa hoy se viste de los sabores de México”, comentó.
En esta ceremonia de premiación también estuvieron presentes la directora de Cultura Alimentaria de la DGCPIU, Tihui Campos Ortiz; el director del Complejo Cultural Los Pinos, Homero Fernández Pedroza; la cocinera tradicional zapoteca Abigail Mendoza, en representación del jurado calificador del concurso.
Durante la ceremonia también se entregaron menciones honoríficas en la Categoría individual a Inés Monroy de la Cruz, de Chilcuautla, Hidalgo, por su receta “Flor de maguey en penca asada con chinicuiles”, y a Itzel Rivera Galindo, de Silacayoapam, Oaxaca, por el “Pozole verde”. También fueron merecedores a menciones honoríficas: Nereo Pérez Francisco, de Zapotitlán de Méndez, Puebla, por la receta “Tajyouilispa torta (torta de sufrimiento)”; Roberto Hernández González, de Zitácuaro, Michoacán, por el “Mole de maíz para los dioses”; y doña Elodia Gómez López, de Santiago Ayuquililla, Oaxaca, por su receta de “Pipián de frijol”, participantes que no pudieron estar presentes en la ceremonia.
Al término de la premiación las personas asistentes pudieron degustar las recetas ganadoras y menciones honoríficas; platillos elaborados por las cocineras Elvia Nayeli Aguirre Hernández y Karina Alanís Martínez, como un homenaje a las aportaciones de la cocina mexicana a la gastronomía del mundo.
El Concurso Gastronómico “¿A qué sabe la Patria?” hizo un llamado a preservar y revalorar las aportaciones de los alimentos nativos del país. Las bases de las recetas participantes fueron las semillas e ingredientes característicos de la alimentación tradicional mexicana, como maíz, cacao, amaranto, chile, jitomate, calabaza, nopal, maguey, aguacate, quelites, o cualquier otro que fuera representativo en la comunidad de las y los participantes.
Uno de sus propósitos fue reconocer y recuperar algunas de las prácticas culinarias de las culturas indígenas, afromexicanas y populares, las cuales tienen como principales ingredientes alimentos nativos de México.
Esta convocatoria contó con una entusiasta y nutrida participación de cocineras, cocineros, chefs y público en general en casi todo el país, que se reflejó con la recepción de 565 recetas inscritas en la Categoría individual; en tanto, 114 grupos comunitarios de cocina tradicional enviaron sus recetas para competir en la Categoría colectiva.
Las personas interesadas compartieron y revelaron conocimientos ancestrales, populares y culinarios en español y en las lenguas indígenas maya, cuicateco, náhuatl, zapoteco, mixteco, otomí, totonaco, chinanteco, tseltal, mixe, mazateco, tsotsil, chontal de Oaxaca, mazahua, purépecha, huave, amuzgo y tarahumara; además de la comunidad afromexicana y la menonita en idioma alemán.
Cabe recordar que, de acuerdo con la convocatoria, además del reconocimiento, la ganadora en la Categoría individual es acreedora a 80 mil pesos y el grupo ganador en la Categoría colectiva, a 150 mil pesos. Asimismo, las recetas se difundirán en las redes sociales de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, de la DGCPIU, como parte de su programa “Las semillas que nos dieron patria”, y en las plataformas contigoenladistancia.cultura.gob.mx y Google Arts & Culture, dentro del proyecto de cocina tradicional de la Secretaría de Cultura.