Joaquín Clausell, pintor autodidacta que adoptó las bases formales del impresionismo para ofrecer su interpretación del paisaje mexicano, es recordado a 155 años de su nacimiento por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Museo Nacional de Arte (Munal), en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”.
El artista plástico, quien nació el 16 de junio de 1866 en Campeche, aprendió a dibujar a muy temprana edad. En 1883 fue expulsado del Instituto Campechano, donde cursó la secundaria y la preparatoria, por lo que a los 20 años de edad se trasladó a la Ciudad de México, en donde ingresó a la Escuela Nacional de Jurisprudencia.
Sus paisajes enriquecidos con una gran cantidad de colores, destacaban su visión particular sobre los efectos de la luz en los contornos. Fue pintor autodidacta y uno de los pioneros del impresionismo en México. En su obra predominan las formas vigorosas, una fuerte carga emocional y el uso de colores puros.
Debido a sus ideas políticas fue desterrado, por lo que viajó a Europa, y ahí aprovechó para conocer el impresionismo, estilo que desarrolló desde 1904 por influencia del pintor Gerardo Murillo Dr. Atl, con quien renovó la pintura paisajista en México.
Entre sus obras se destacan: Fuentes brotantes, en otoño, Fuentes brotantes (con personajes); Fuentes brotantes (bosque azul); La ola roja, Camino al bosque, Canal, El pedregal, Canal de Santa Anita, Marina, Nube verde y Paisaje, entre otras.
El Museo Nacional de Arte del INBAL resguarda dentro de su colección diversas piezas del creador, entre las que sobresalen El pedregal, Nube verde y Marina. Esta última, parte de la serie de óleos homónima, representa un ejemplo de la forma en la que el artista capturaba el instante a través de la plástica gracias a su mirada curiosa y a su profunda comprensión de la naturaleza. En esta serie se muestra la violencia de las aguas mediante una exaltación de azules, rojos y blancos que irrumpen para brindar a la escena un carácter contundente y dinámico, y al mar, fuerza y pasión.
Aunque muchas de sus piezas no fueron firmadas ni fechadas, cuenta con una vasta producción que puede ser clasificada en tres momentos temáticos: el caracterizado por paisajes de valles, montañas y bosques; el conformado por ríos, lagunas, cascadas, costas, acantilados y olas, y en el que se agrupan los numerosos óleos de su estudio con temas diversos.
Uno de los hábitos consistía en no limpiar los pinceles: al terminar de pintar en un lienzo, proseguía en las paredes hasta que se agotaba el óleo, con la finalidad de realizar cuadros pequeños y bocetos que con el tiempo se convirtieron en murales.