Dr. Rogelio Díaz Ortiz
En el marco del “Día del amor y la amistad” he reflexionado sobre ¿cómo expresar mi gratitud a la vida?, ¿cómo decirles a mis amigos cuan importantes son? ¿Cómo manifestarle a mi esposa, hijos, nieto y familia lo mucho que los amo y lo difícil que me resulta, casi siempre, decírselos?
Ante ello aprovecho la oportunidad que me brinda este espacio para agradecer y bendecir a todos ellos, así como a los apreciados lectores de las Ópticas Constructivas.
Al considerar sobre el contenido de esta edición, decidí compartirles reflexiones y propuestas de vida para que siempre sean felices, exitosos y trascendentes.
Iniciaré proponiéndoles alejarse de aquellas personas que tienen como costumbre aprovechar cualquier momento, espacio y lugar para compartir quejas, malas experiencias y enjuiciar a los demás.
Intentar vivir alejado de deudas o si se tienen pagarlas siempre a tiempo y no solo me refiero a deudas económicas sino de todo tipo.
Respetar siempre nuestra palabra y compromiso por lo que siempre se debe cuidar que el entusiasmo nos gane y establezcamos promesas que después no cumpliremos.
Es importante saber decir no antes de empeñar nuestra voluntad sin el pleno convencimiento de que es lo que nos agrada, deseamos, queremos y podemos hacer.
Aprender con matemática precisión a diferenciar lo urgente de lo importante para con ello tener la oportunidad de vivir con satisfacción, felicidad y utilidad.
“Darnos permiso” para reír constantemente, incluso de nosotros mismos.
Trabajar con pasión, compromiso, lealtad y entusiasmo reconociendo cada uno de nuestros logros sin que el elogio nos maree ni la crítica nos destruya.
Escoger, organizar y guardar solo lo que realmente usamos. Esto incluye cada papel, prenda, libro, película, zapatos, recuerdos y hasta cada sueño. Eliminando todo aquello que solo ocupa un espacio en nuestro escritorio, closet y en nuestra vida.
Reconocer que la salud es uno de nuestros más importantes activos.
Alimentarse de manera adecuada, hacer ejercicio, respirar a plenitud, mantener limpio nuestro cuerpo y mente de todo tipo de impurezas, dormir en tiempo y forma.
Acudir al médico y al dentista en un ejercicio de prevención más que de curación.
No quejarse, no criticar, no estigmatizar a nadie.
Enfrentar con paciencia y tolerancia cualquier imprevisto.
Entender a que no existen soluciones mágicas pero que el trabajo suele vencerlo todo.
Darle solución inmediata a cualquier pendiente y en su caso aprender a vivir con lo que no lo tenga.
Jamás perder la capacidad de asombro ni la de preguntar el porqué de las cosas. Se empieza a envejecer cuando todo se acepta sin cuestionamiento alguno.
No olvidar el valor estratégico del “mantenimiento” permanente a los afectos.
Una llamada, un saludo, una entrevista, una sonrisa, un abrazo, una visita virtual, sin aparente motivo, siempre generará energía y saldo positivo en nuestros sentimientos y emociones.
Tener permanente comunicación con Dios, cualquiera que sea su concepción, él es nuestro principal aliado y facilitador de todo cuanto pensamos, decimos y hacemos.
Ser agradecido con todos quienes nos brindan un servicio, una atención, la oportunidad de un empleo, nos benefician con su compañía o amistad y por supuesto a Dios por la vida.
“Avaro” con el tiempo y altamente selectivo en su utilización ya que jamás recuperaremos un segundo perdido en cosas superfluas, celos, envidia, rencor, chismes, discusiones ni en acciones que no nos brinden felicidad, satisfacción ni trascendencia.
Prudente con nuestros recursos económicos. Mientras lo hagamos seremos consultados por propios y extraños sobre alianzas y sociedades a “fondo perdido” o satisfactorias obras de beneficencia; tendremos la visita permanente de muchos “afectos”; podremos decidir sobre nuestra dieta y estilo de vida.
Generosos para compartir todos los conocimientos que hemos adquirido y acumulado a lo largo de nuestra existencia, al hacerlo el conocimiento no morirá jamás y nosotros viviremos a través de él.
Al tararear algunos temas de los Beatles encontré especial sensación al recordar su afirmación… “Todo lo que necesitamos es amor”.
Finalmente les expreso a nuestros lectores, a mi esposa Ariadna Patricia, a mis hijos Rogelio Cuauhtémoc, Ariadna, Martha Patricia y Citlalmina, a mi nieto Patricio, familiares y amigos mi gratitud por su paciencia y tolerancia con mis muchas imperfecciones.
Reconozco en todos ellos un tesoro que merecido o no me ha otorgado el Creador.
Deseo a TODOS que disfruten a plenitud el “Día de San Valentín” y que siempre… siempre sean muy felices…¡¡¡ Gracias por ser y estar!!!!, ¡!!Gracias a todos por existir!!!