Jamás se vieron físicamente, pero trabajaron juntas y juntos, así es como un grupo de artistas crearon a distancia, desde sus propias casas y con ayuda de la tecnología, una pieza de videodanza en la cual comparten las emociones y sentimientos que les ha dejado el confinamiento por el COVID-19.
Fragmentados es el nombre de la obra coreográfica colectiva que formará parte de la programación virtual del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Danza, dentro de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Se transmitirá del lunes 25 al viernes 29 de enero a las 21 horas a través de @danzaINBAL, en el marco del ciclo Noches de danza.
La bailarina y coreógrafa Paloma Gaspar de Alba es coautora de esta obra en colaboración con las y los integrantes de la compañía Ardentía, bajo la dirección de Reyna Pérez y Omar Rodríguez.
En entrevista, Paloma Gaspar de Alba comparte que formar parte de esta pieza representa una experiencia profesional única, porque justo regresaba a México en medio de la contingencia, luego de formarse artísticamente en Estados Unidos; representó la primera vez que participa en una coreografía sin tener contacto directo con las y los protagonistas, ya que fue realizada en línea y se enfrentó con intérpretes entrenadas y entrenados en la técnica clásica.
“En términos coreográficos, la virtualidad complicó el proceso creativo. Fue difícil, pero logramos sobrevivir esta experiencia. Si bien todavía no nos conocemos en persona, hemos logrado una unión especial entre todos”, refiere.
La coreógrafa agrega que hubo momentos de incertidumbre, pero que al final materializaron vivencias introspectivas y satisfactorias para las y los involucrados: “En esta época ha surgido mucha oferta digital. Nos damos cuenta que la gente necesita de nuestro arte para sentirse mejor. En lo personal, entendí que mi quehacer artístico es importante para la sociedad”.
Fragmentados, videodanza de seis minutos de duración, transmite diversas emociones y sensaciones que el confinamiento ha generado en las personas, entre las cuales está el miedo, todo ello cobijado sonoramente con extractos del Cuarteto de cuerdas núm. 1 en Do menor, Op. 51 del compositor alemán Johannes Brahms.
Gaspar de Alba está convencida que esta coreografía colectiva tiene un efecto espejo, es decir, que cualquier espectadora o espectador se sentirá identificado con el sentir de las y los intérpretes.
“Hay momentos en los cuales los seres humanos nos tenemos que fragmentar, romper, para ver la vida de otra manera y analizar si lo que estamos haciendo funciona. Sin lugar a dudas es algo difícil, pero en la crisis es cuando podemos vernos mejor”.
Para la coreógrafa, esta situación mundial ha obligado a las y los artistas a encontrar nuevas formas de mostrar sus obras y ha causado que el universo del arte se transforme. “Lo virtual se ha convertido en una gran herramienta. La tecnología nos conectará más. Hoy reafirmamos que el arte siempre será indispensable para la humanidad. Con Fragmentados nos dimos cuenta de su poder”, concluye.