El Porvenir de Cuitzeo

“Urgente… satisfactorio… necesario … ¿quién lo sabe? Solo sé feliz” RDO’

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Dr. Rogelio Díaz Ortiz

Recientemente disfruté de un receso en la cotidianidad de mis actividades por lo que me permití el “lujo” de respirar con tranquilidad, caminar sin prisa, paladear mis alimentos y enriquecer el alma a través de la lectura y la música. De esta manera de forma fortuita llego a mis oídos y a mi conciencia la letra hecha canción de Facundo Cabral provocando sin pensarlo emoción y reflexión, motivación y razón que me impulsaron a compartirla con los lectores de este modesto espacio informativo y de opinión. “Para ti, que siempre vives la vida a un ritmo vertiginoso, quiero recordarte que lo más importante que tienes en la vida, eres tú y todos los que te rodean, y recuerda que… Urgente, es una palabra con la que vivimos día a día, en nuestra agitada vida, y a la cual, le hemos perdido ya todo significado de premura y prioridad. Urgente, es la manera más pobre de vivir en este mundo, porque sabes, el día que nos vamos, dejamos pendiente las cosas, que verdaderamente fueron urgentes. Urgente, es que hagas un alto en tu ajetreada vida, y te preguntes: Qué significado tiene todo esto que yo hago? Urgente, es que seas más amigo, más humano, más hermano. Urgente, es que sepas valorar el tiempo que te pide un niño, una niña. Urgente, es que cada mañana, cuando veas salir el sol, te impregnes de su calor, y le des gracias al Señor, por tan maravilloso regalo. Urgente, es que mires a tu familia, a tus hijos, a tu esposa, y a todos los que te rodean, y valores ese tan maravilloso tesoro. Urgente, es que le digas a las personas que quieres, hoy, no mañana, cuánto los quieres! Urgente, es que te sepas hijo de Dios, y te des cuenta que él, te ama, y quiere verte sonreír feliz y lleno de vida. Urgente, es que no se te vaya la vida en un soplo y que cuando mires atrás, seas ya un anciano que no puede echar tiempo atrás, que todo lo  hizo  urgente…… que fuiste un gran empresario, un gran artista, un gran profesional, que llenó su agenda de urgencias, citas, proyectos, pero dentro de todo, lo más importante, se te olvidó VIVIR”. Hoy las condiciones provocadas por la pandemia han causado la creación de “nuevos” estilos de vida, otro orden de jerarquías, una lista diferente de necesidades, formas diferentes de expresar nuestros sentimientos y emociones, valoración del tiempo y distancia, sentido de urgente e importante. Pareciera que la única urgencia es cuidar nuestra salud para a través de ellos cuidar a los demás, esforzarnos por disfrutar cada segundo, momento y oportunidad para ser feliz. Lamentablemente la crisis de salud no vino sola, sino que le acompañan inseguridad, violencia, descontento social, perdida de empleos y patrimonios. Todo ello expresado en la vulnerabilidad del sector salud, el colapso de la economía local, nacional e internacional, la creciente presencia de la delincuencia y la sensación de impotencia ante la incapacidad del Gobierno para brindar los insumos necesarios para atender a los miles de enfermos que pululan por los nosocomios en busca de una esperanza de atención que le permita seguir vivos, la ignorancia supina de quienes aún afirman que la pandemia fue una invención y salen a la calle retando al destino convertidos en peligrosos vectores y fuentes potenciales de contagio que se traduce y traducirá en más muertes de mexicanos. La tecnología ha surgido como una alternativa para que empresas y negocios continúen trabajando, las escuelas y sus estudiantes intentando no perder el ciclo escolar, las familias y los amigos persiguiendo “cercanía en la distancia”. Todos los días se actualizan los pronósticos respecto a las condiciones deseadas de reactivación económica, se utilizan “semáforos” para regular todo tipo de actividades, el gobierno federal pronuncia una lista interminable de “buenas intenciones” y el llamado a incorporarnos a la “nueva normalidad” pero todo ello se eclipsa cuando conocemos que sigue en aumento el numero de contagiados y de fallecimientos a consecuencia del virus, sin que exista certidumbre alguna relacionada con el fin de la pandemia. Surge con contundencia la pregunta… ¿qué es entonces urgente?, seguramente estarán de acuerdo conmigo que en una hipotética lista aparecerían: el que se proporcione a los médicos y hospitales todo el apoyo requerido para que realicen su heroica labor con mejores resultados; que el Gobierno hable con la verdad y tome acciones para el rescate económico del país; que se construyan sinergias con los liderazgos empresariales, religiosos y sociales sin que se desvirtué el proceso con siglas, colores ni caudillos “oportunistas”; que los ciudadanos actuemos con responsabilidad y ejerzamos para bien de todos acciones de prevención que aunque trilladas son urgentes de aplicar (sana distancia, uso de cubre bocas, sanitización de las áreas de trabajo y atención de usuarios, evitar participar u organizar eventos masivos e incluso si es posible quedarse en casa). Hoy la urgencia es mantenernos vivos, hagámoslo con fe, resiliencia, esperanza, actitud positiva, respeto, responsabilidad, amor y congruencia. Recuerda que el ejemplo “marca” y motiva, no esperes a que lo hagan los demás, puedes ser la diferencia. Concluyo recordándote que es urgente que hoy y siempre seas muy feliz, hasta la próxima semana.

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