Estados Unidos, a 7 de mayo de 2020.- Para Francisco Javier, migrante que radica en Estados Unidos desde hace 25 años, ha sido una prioridad enviar dinero a sus padres que viven en Michoacán, pues de esa manera pueden enfrenten la contingencia por el COVID19 sin salir de casa. Aunque ambos están sanos, cuentan con 63 años de edad.
“Para mí es una angustia muy grande y me llena de desesperación porque yo que estoy aquí en un lugar más próspero se me dificulta y no quiero ni pensar que mis padres allá no tengan para comer”.
Dice que es una satisfacción enorme poder ayudar un poco a sus padres, retribuir lo que ellos hicieron por él cuando era pequeño.
“Los amo y quiero que siempre estén bien”, señala Francisco Javier con un nudo en la garganta que le provoca el tan solo pensar, dice, que a sus padres les pase algo mientras él está tan lejos.
Francisco trabaja en una empacadora de carne, en Kansas. Al considerarse su actividad como esencial, no ha dejado de trabajar, situación que le ha permitido continuar percibiendo su salario de manera regular y así, además de solventar sus gastos familiares, poder ayudar a sus padres en México.
Reconoce que no todos han corrido con la misma suerte y le aflige que varios de sus paisanos se enfrenten a esta pandemia en una crisis económica.
“Mi trabajo acá es esencial, gracias a dios me ha permitido seguir trabajando y por eso he podido continuar apoyando a mis padres, sin embargo hay mucha gente, todos los que son meseros, cocineros, trabajadores de la construcción, todos se quedaron sin trabajo y la están pasando mal, eso me genera una tristeza muy grande, ver a mis paisanos así, nosotros quisiéramos que no le faltara el trabajo a nadie, que todos tuvieran un empleo digno y bien remunerado”, destaca.
Él es ciudadano americano y ahora su mayor anhelo es que termine la contingencia para viajar a Morelia a abrazar a sus padres, Josefina y Francisco, quienes en respuesta al esfuerzo que hace su hijo han decidido quedarse en casa.
“Estoy consciente del gran esfuerzo que realiza mi hijo para enviarnos este dinero, nos preocupa mucho que esté trabajando a pesar de la pandemia y por eso mi esposo y yo nos cuidamos mucho, yo no he salido de mi casa desde que inició el problema en Morelia, sé que si me cuido pronto podré a abrazar a mi familia y todo el esfuerzo que hoy hace mi hijo habrá valido la pena”, destaca Josefina, mamá de francisco.
Preocupados por el bienestar de sus seres queridos, igual que Francisco, cientos de migrantes mantuvieron sus esfuerzos para enviarles dinero a México, lo que originó que en un hecho histórico el país registrara un incremento del 22.19 por ciento en la recepción de remesas, en comparación con el primer trimestre del 2019.
Michoacán recibió 953.4067 millones de dólares, lo que al tipo de cambio representa 22,721 millones de pesos, lo que lo ubicó en el segundo lugar en recepción de remesas, con una aportación del 10.3 por ciento del total nacional, solo por debajo de Jalisco, que tuvo el 10.5 del total nacional.