El Porvenir de Cuitzeo

“Gracias… Gracias… Gracias”

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Dr. Rogelio Díaz Ortiz

Han pasado unos cuantos días de mi cumpleaños, sigo en “cuarentena”, se han acumulado, sin festejar, cumpleaños y onomásticos de personas muy queridas. Han fallecido amigos y familiares sin tener la oportunidad de estar “cerca” para despedirles. Nostalgia, ansiedad, recuerdos y emociones se han “agolpado” en mi mente y en mi corazón, las redes sociales y el teléfono han permitido mantener comunicación con el exterior, con mis hermanos y amigos, pero nada se compara al “cara a cara” y el abrazo con ellos. Quizá por ello, mi sensibilidad se encuentra exacerbada y a flor de piel, dándole un valor especial al presente y “tímidamente” ha incursionado hacia el futuro deseado haciendo de la dimensión tiempo un suceso diferente al pasado reciente. Hechos, personas, palabras y lugares “olvidados” han retornado al aquí y ahora, recobrando la importancia que en su momento tuvieron “despertando” nuevamente a mi conciencia. Pareciera que este momento de la vida tiene algún significado especial convirtiéndose en mágico pretexto para “traer” a todos quienes han sido parte fundamental en mi paso por este plano físico. Por supuesto, lecturas y comentarios han sensibilizado mi interés por algunos temas, de manera especial me ha “movido” la conciencia el que algunos consideren que la población de “adultos mayores” no es necesaria en la sociedad del presente, que son carga económica y que “ya vivieron lo suficiente”. Aunque los conceptos que a continuación enumero no son todos “míos” los comparto, transcribo y enriquezco con mi propia visión. Con el deseo sincero de que sean motivo de superficial o profunda reflexión de ´parte de los “fieles” lectores de mis colaboraciones, con el sincero deseo de que los disfruten tanto como yo. Mayor es quien tiene mucha edad, viejo es quien perdió la jovialidad. La edad causa la degeneración de las células, la vejez produce el deterioro del espíritu. Eres mayor cuando te preguntas: ¿vale la pena?; eres viejo cuando “sin pensar” respondes que no. Eres mayor cuando sueñas; eres viejo cuando apenas consigues dormir. Eres mayor cuando todavía aprendes; eres viejo cuando ya no enseñas. Eres mayor cuando consigues hacer ejercicios;eres viejo cuando pasas la mayor parte de tu tiempo sentado o acostado. Eres mayor cuando sigues haciendo planes; eres viejo cuando te da miedo “comprometerte” para el día de mañana. Eres mayor cuando logras que el día que comienza sea único; eres viejo cuando para ti todos los días son iguales. Eres mayor cuando mantienes intacta tu deseo de aprender y capacidad de asombro; eres viejo cuando crees que todo lo sabes y has perdido el interés por preguntar el ¿por qué? Y aceptas resignado la realidad que otros te presentan. Eres mayor cuando tu agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir mañana, pasado o la semana que viene; eres viejo cuando tu agenda está en blanco y solo vives pensando en el ayer. El mayor trata de renovarse cada día que comienza; el viejo se detiene a pensar que ese puede ser el último de sus días y se deprime, porque mientras el mayor pone la vista en el horizonte, donde sale el sol e ilumina sus esperanzas, el viejo siente que tiene cataratas que miran las sombras del ayer. Eres mayor cuando has desarrollado la capacidad para adaptarte a cualquier circunstancia …. Eres viejo cuando te quejas de cualquier obstáculo sin intentar hacer nada para superarlo. Eres mayor cuando encuentras en lo común un pretexto para disfrutar la vida…. Eres viejo cuando nada te satisface y crees que todo tiempo pasado fue mejor. Eres mayor cuando reconoces que el tiempo ha pasado haciéndote mejor ser humano, tú cabello quizá ha disminuido en cantidad y muestra tintes argénticos, tu dentadura ha perdido algunas piezas originales, pero entiendes y agradeces al Creador por esta oportunidad de vida; eres viejo cuando reniegas de todos y de todo convirtiendo tu vida en instantes “agrios”, aislados y sin trascendencia. Eres mayor cuando enfrentas con responsabilidad el reto de ser inspiración, reto e incluso ejemplo para los demás sin que la critica te destruya ni el elogio te desubique… Eres viejo cuando te sientes dueño del conocimiento y no compartes tus experiencias ni alientas a los demás para que superen sus deficiencias y las conviertan en éxito. Eres mayor cuando sigues probando diferentes caminos y formas para encontrar o mantener a tu lado la felicidad personal y de quienes te rodean. Eres viejo cuando no quieres “moverte” de donde estás, has renunciado a cualquier oportunidad para intentar encontrarte con lo que te hace sentirte pleno, útil, feliz y trascendente. En suma, el mayor puede tener la misma edad cronológica del viejo; sus diferencias están en su espíritu, motivaciones, actitud y en su corazón. Advertí al inicio de esta colaboración mi hipersensibilidad y genuina necesidad de agradecer y bendecir la vida por lo que aprovecho este espacio para externar, desde el fondo del corazón y la luz de la inteligencia, mi infinita gratitud a Dios por brindarme este espacio de aprendizaje, a mis padres por haber sido conducto para encontrarme con mi tarea, por dotarme de valores y mostrarme el camino que conduce a la felicidad y el éxito. Gracias a quienes en el aula me guiaron al encuentro con el conocimiento. Gracias a quienes me han retado, criticado y puesto dificultades en el camino ya que me han mantenido alerta y dispuesto a levantarme de mis caídas, a “aprender a aprender” y a intentar todos los días a ser mejor ser humano. Gracias a quienes a todos los MAYORES que a lo largo del tiempo han sido fieles lectores o escuchas de mis participaciones. Gracias a mis hermanos y familiares por su necesario y apreciado acompañamiento. Gracias a mis amigos mayores por aceptarme tal y como soy, por magnificar mis aciertos, alentadora “complicidad”, compartir sus experiencias, alentarme en los momentos difíciles y estar siempre presentes. Gracias a mis “tesoros” Ariadna, Rogelio Cuauhtémoc, Martha Patricia y Citlalmina quienes han sido especial bendición y motivación, ellos representan mi fe en el presente. Gracias por la presencia de mi nieto PATRICIO quien reta mi inteligencia, me alimenta de amor, renueva mi hoy para darme certidumbre en el futuro en el que seguramente estaré, a través de él, aunque de otra manera física. Gracias a quienes a lo largo de mi existencia han confiado en mí para brindarme oportunidades laborales y espacios de servicio a los demás. Finalmente… “gracias a la vida que me ha dado tanto”.

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