El Porvenir de Cuitzeo

Así se Vive la Cuarentena en el Municipio de Morelos

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Lic. Vicente Murillo Villicaña.
CRONISTA DEL MUNICIPIO DE MORELOS, MICHOACÁN.

Para aquellos que conocen o visitan con regularidad Villa Morelos concordarán en que el municipio se caracteriza por su apacible tranquilidad, y la alegría de sus habitantes, donde la postal cotidiana nos muestra el ir y venir de los morelenses que viven en los ranchos
comprando víveres, caminantes que se detienen saludando amistades que se encuentran por todas las calles en las que transitan, para luego de una mañana de trabajo en el campo descansar en la plaza principal del pueblo charlando sobre los hechos del día a día o regresar a alguno de los poblados donde tienen sus hogares para preparar la jornada del próximo día, mientras algunos niños juegan a la vista de sus padres; ocasionalmente
algún torneo deportivo o representaciones tradicionales cambian un poco el ritmo de vida de la localidad, o por lo menos así es cuando no hay cuarentena.

Pues hace apenas poco menos de un mes nadie en la región se imaginaba que terminaríamos encerrándonos un buen rato para mantenernos sanos, deteniendo aún
más el ritmo de vida en la cabecera municipal, al menos los que tenemos la oportunidad de hacerlo, pues si bien es cierto que muchas actividades se han detenido, también
es verdad que la vida sigue aún durante la cuarentena, y esto es especialmente cierto en lugares eminentemente rurales como lo es el municipio de Morelos, Michoacán, pues como dice mi abuelo Julio, “también en los tiempos difíciles hay que comer, y aquí solo se
come cuando trabajas”, aunque en el actual estado de las cosas esta frase solo aplica a las labores esenciales, solo los trabajadores verdaderamente importantes tienen permitido
salir siempre y cuando sigan las recomendaciones de salud indicadas por las autoridades pertinentes, es por eso que en algunas rancherías aún se puede observar al
vaquero llevando sus animales a beber al estanque más cercano, aunque eso sí, con su cubrebocas bien puesto, y el campesino revisa sus tierras como de costumbre, pero
ya no va a descansar a la plaza para platicar con su amigo de toda la vida, pues la han cerrado temporalmente, ahora regresa inmediatamente a su casa, quizá en el camino se
saluden levantando la mano con una sonrisa al encontrarse, pero hasta ahí, pues nos dijeron que no debemos estar mucho tiempo en la calle.

“Yo solo salgo lo necesario, nomás a comprar lo que necesito y regreso, de todos modos no me puedo quedar a platicar, casi no hay gente, no vienen del rancho, y los que viven aquí nomas se asoman a la puerta a veces pero no salen si no hace falta” dice Guadalupe Villicaña, una mujer de Villa Morelos, y es que es cierto, se nota un poco de incertidumbre en el ambiente, esa zozobra que se siente cuando uno no sabe que está pasando.

Para Villa Morelos la situación es un poco complicada, pues gran parte de la población la componen adultos mayores, y muy pocos adultos jóvenes pues casi todos se encuentran en Estados Unidos, muchos de ellos tenían la esperanza de venir en vacaciones de primavera (o Semana Santa) a pasar un rato con sus padres y abuelos que viven por aquí, sin embargo este año no se pudo, esta Semana Santa no habrá las fiestas y reuniones del año pasado, y el anterior a ese, tampoco se harán los “picnics” del Sábado de Gloria, ni mucho menos habrá gente nadando en las presas de los ranchos, en esta ocasión todo será
a través de internet, al menos para aquellos que han dotado a sus padres y abuelos de una conexión y algún celular inteligente o una tablet, porque la situación en Estados Unidos tampoco es nada sencilla.

De cualquier forma, tanto las autoridades municipales como al sacerdote de la parroquia y la población en general decidieron que si es por evitar un mal mayor, pues “podemos aguantarnos un año sin sábado de gloria”, sin vía crucis, sin representaciones y sin las grandes concentraciones de gente que pudiesen poner la salud en riesgo, por tal motivo se implementó el Consejo de Salud, y se han dado charlas a la población sobre las medidas que debemos tomar para evitar contagios, pues cada vida es importante, y más aquí en Morelos, donde tenemos pocos habitantes.

Finalmente, en el municipio de Morelos nos encontramos en una situación particular, pues se ha detenido nuestro de por sí tranquilo estilo de vida, quizá Villa Morelos no tenga el ajetreo de Puruándiro o Cuitzeo, ni mucho menos el de Morelia, pero la cuarentena ha
logrado trastocar el ritmo de vida en la localidad, aunque sabemos que solo será momentáneamente, pues al final de la epidemia todo volverá a la normalidad, y para los michoacanos será solo otra nota en el libro de historia sobre cómo fue que logramos superar a la enfermedad (otra vez).

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